Sustancia antioxidante. Aunque es fabricado por el cuerpo, su producción disminuye a medida que envejecemos. Esta necesidad es más grande aún para quienes sufren de insulino resistencia o diabetes dado que, como indican las investigaciones, ayuda a controlar el azúcar en sangre y por lo tanto a prevenir algunas de las complicaciones de la enfermedad en el cerebro o en otras partes del cuerpo.
Una de las principales causas de las complicaciones de la diabetes se produce por una simple reacción química que ocurre cuando la sangre, el cerebro u otros tejidos se unen irreversiblemente a y alteran en forma permanente las proteínas del cuerpo. Este proceso, llamado glucación, resulta en daño visible u obvio a lo largo del cuerpo: desde manchas en la piel relacionadas con la edad hasta cataratas en los ojos. Daños menos obvios ocurren, especialmente en personas con diabetes en los nervios a lo largo del cuerpo, lo que provoca adormecimiento, debilidad y dolor, y una enfermedad llamada neuropatía periférica. En Europa, algunos médicos utilizan el ácido a-lipoico para tratar a los pacientes que sufren de esta condición.
Debido a que el ácido a-lipoico puede cruzar fácilmente la barrera sangre-cerebro (una membrana protectora semipermeable que rodea al cerebro), puede entrar en las células del cerebro donde también ayuda a proteger las delicadas grasas de la oxidación y de que se vuelvan rancias.
Desafortunadamente la alimentación no aporta la cantidad suficiente de este componente nutritivo, dado que hay pocos alimentos que sean buenas fuentes de él. Aunque una de las fuentes más ricas es la espinaca, tendríamos que comer cerca de 3,5 kilos de ella para obtener apenas 1 miligramo de ácido a-lipoico.
La dosis de suplementación recomendada es de 50-300 miligramos por día.
Fuente: The Brain Trust Program (Larry Mc Cleary).