Componentes básicos de las proteínas, responsables de formar huesos, músculos, cabellos, uñas y piel.
Su estructura combina un ácido con una base. Los aminoácidos son los encargados de permitir que las vitaminas y los minerales cumplan con sus funciones reguladoras en el organismo.
Para que una proteína se pueda sintetizar en el cuerpo, todos los aminoácidos que la constituyen deben estar disponibles. Algunos pueden ser fabricados por el organismo (aminoácidos no esenciales), otros deben ser incorporados con los alimentos (aminoácidos esenciales), y un tercer grupo son generados por el organismo pero deben incorporarse con los alimentos en casos particulares como los recién nacidos o cuando los requerimientos se encuentran aumentados (aminoácidos semiesenciales).
Vale aclarar que la «esencialidad» es un valor exclusivamente nutricional: el compuesto debe ser aportado a través de la dieta porque no se puede sintetizar en el organismo, pero no implica ninguna «superioridad jerárquica» en su funcionalidad. Por el contrario, los aminoácidos no esenciales se pueden sintetizar y es posible prescindir en la dieta de alguno de ellos siempre que el aporte total de proteínas sea apropiado, pero sus funciones son trascendentales para el organismo.
Esencial |
No esencial |
Semiesencial |
Isoleucina |
Alanina |
Arginina |
Leucina |
Asparagina |
Cisteína |
Ácido aspártico |
Histidina |
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Ácido glutámico |
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Fenilalanina |
Glicina |
Tirosina |
Treonina |
Glutamina |
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Prolina |
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Valina |
Serina |
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Las proteínas difieren en su valor nutritivo principalmente por la composición de los aminoácidos. Si un aminoácido esencial no forma parte de la dieta habitual (porque no se consumen los alimentos que lo contienen), no se podrán formar determinadas proteínas. En niños, esto puede generar un retraso de crecimiento.
En la naturaleza existen centenares de aminoácidos diferentes; de ellos, sólo 20 se utilizan en la formación de proteínas.
Además de la formación de proteínas, algunos de ellos tienen funciones específicas dentro del organismo. La histidina, por ejemplo, es un poderoso dilatador de vasos sanguíneos y estimula la pepsina y el ácido en el estómago, mientras que el triptofano participa en la formación de la serotonina, un neurotransmisor relacionado entre otras funciones con la regulación de los estados de ánimo, la duración del sueño, la conducta alimentaria y sexual.