Edulcorante artificial sin calorías. No pierde su poder endulzante con la cocción ni deja sabor residual de tipo metálico. Tiene un poder endulzante de 30 a 50 veces más que el azúcar (sacarosa). Se metaboliza hasta una porción del intestino con muy baja absorción y se elimina por vía renal sin ser modificado.
En gastronomía, es utilizado para saborizar una amplia gama de bebidas y alimentos y como edulcorante de mesa. Se usa en gaseosas, jugos, lácteos, jaleas, mermeladas, bebidas deportivas, infusiones, jaleas y frutas en conserva entre otros.
Seguridad: la Asociación Estadounidense de Estadísticas y la Sociedad de Toxicología han solicitado a la FDA que reconsidere los principios estadísticos y científicos sobre los que se funde su decisión del año 1980 de no volver a aprobar el uso del ciclamato. El CAC perteneciente a la FDA y la NAS también avalan la seguridad del ciclamato. En 1984, el CAC analizó las pruebas científicas y llegó a la conclusión de que la evidencia conjunta de los numerosos experimentos indica que el ciclamato no es cancerígeno. La NAS ratificó la seguridad del ciclamato en junio de 1985 mediante la siguiente observación: la totalidad de la evidencia de estudios en animales no indica que el ciclamato en sí (o la ciclohexilamina, su principal metabolito) sea cancerígeno.
Aprobación: el uso del ciclamato en alimentos y bebidas está aprobado en más de 50 países de todo el mundo. En los últimos 10 años, el JECFA de FAO/OMS ha analizado publicaciones científicas relacionadas con los ciclamatos y ha determinado de manera constante que el uso del ciclamato es seguro para los seres humanos.
Fuentes:
www.beverageinstitute.org
Internacional Sweeteners Association
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