También conocida como tocoferol, es una vitamina liposoluble que se almacena principalmente en el tejido graso y también en el hígado.
Actúa como antioxidante: previene que el colesterol LDL (o «malo») se deposite en las arterias y forme placas que generen más tarde la ateroesclerosis. En consecuencia, disminuye el riesgo de enfermedad cardiovascular e infarto.
Ayuda a evitar también la oxidación producida por los radicales libres y así mantiene la integridad de las membranas celulares.
Ayuda a los ácidos grasos esenciales (omega 3, 6 y 9) y a la vitamina A en el cumplimiento de sus funciones biológicas.
Trabaja junto con otros antioxidantes como la vitamina C y el selenio.
Contribuye al buen funcionamiento de los músculos, vasos sanguíneos y sistema nervioso.
Mejora el sistema de defensa y protege al organismo de enfermedades infecciosas, neurológicas, cardiovasculares, cataratas y cáncer. Acelera la cicatrización de quemaduras.
Previene y disuelve los coágulos sanguíneos. Es vital para el funcionamiento del hígado.
Fuentes
› aceites de germen de trigo, soja, girasol, maíz y oliva, preferentemente prensados en crudo y sin cocinar, dado que la extracción de los aceites vegetales a altas temperaturas y la cocción de los alimentos destruyen parte del contenido de vitamina E.
› germen de trigo.
› semillas.
› frutas secas, en especial, almendras.
Recomendación diaria
El requerimiento de vitamina E para hombres y mujeres de 14 años en adelante es de 15 mg por día. Se puede cubrir con:
› 1 cucharada de aceite de germen de trigo ó
› 1 cucharada de aceite de maíz o canola + 2 cucharaditas de semillas de girasol + 20 almendras
Si no se consume lo suficiente
Aunque su carencia rara vez se presenta, puede ocurrir en personas con dificultades para absorber la grasa, fibrosis quística y otras enfermedades crónicas, y en los bebés prematuros. Puede provocar anemia, alteraciones neuromusculares, cataratas, malabsorción o desórdenes intestinales, fibrosis pulmonar o alteraciones hepáticas severas.
Si se consumen cantidades excesivas
Consumir mucha cantidad de vitamina E procedente de los alimentos no parece ser problemático. Sin embargo, tomar dosis altas de vitamina E en forma de suplemento no es recomendable porque podría incrementar el riesgo de sangrado, perjudicar la función de la vitamina K, y potenciar los efectos de la medicación anticoagulante. La ingesta máxima tolerable de alfatocoferol es de 800 mg para 14 a 18 años, y hasta 1000 mg para adultos de 19 años en adelante.
En las etiquetas de los suplementos la cantidad suele expresarse en UI (Unidades Internacionales): 1000 mg de alfatocoferol en forma natural equivalen a 1100 UI en suplementos.