Se utiliza en la cocina para cocinar los alimentos en agua hirviendo. En las partes más pobladas del mundo, el agua pura hierve a temperaturas de alrededor de 95° C a 100° C. Esto varía con la presión atmosférica, que a su vez se modifica con la altitud y el clima. Cuando el agua es salada, la temperatura de ebullición es ligeramente superior a la de agua potable.
Cuando se reduce la presión atmosférica en la superficie del agua, el punto de ebullición se lleva a cabo a una temperatura menor que la mencionada y, en gran altitud del punto de ebullición es tan bajo que es difícil cocinar algunos alimentos por medio de agua hirviendo. A medida que el agua se calienta se produce la ebullición, que genera pequeñas burbujas. Luego aumenta el tamaño de las burbujas con rapidez y éstas se rompen, produciendo así una constante agitación del agua.
Efectos
La ebullición tiene efectos diferentes en los alimentos. En los huevos se endurece la albúmina, en la carne se ablanda la fibra y se disuelve el tejido conjuntivo, en los cereales, verduras y frutas se suaviza la celulosa, y se disuelven otras sustancias en muchos alimentos.
Hay varios factores que influyen en la rapidez con la que el agua puede ser llevada al punto de ebullición: el tipo de recipiente utilizado, la superficie expuesta y la cantidad de calor aplicado. Colocando una tapa a la cacerola u olla se conserva el calor y la temperatura aumenta más rápidamente.
Los alimentos cocidos rápidamente en agua tienen una tendencia a perder su forma y se reducen a pequeños trozos si se deja hervir el tiempo suficiente.
También se puede hacer hervir el agua potable para destruir los gérmenes que puedan estar presentes.
Fuentes:
www.foodreference.com
www.wikibooks.org