Representación mental que cada persona tiene acerca de las características de su cuerpo (tamaño, longitud de los miembros, etc.) y de la postura en que se encuentra. En la creación de esta representación intervienen fundamentalmente los sentidos del tacto y de la propiocepción (un complejo intercambio de señales entre la piel, los músculos, los nervios y el cerebro).
Trabajar sobre el esquema corporal para ajustarlo a la realidad, resulta de gran ayuda durante el tratamiento de la obesidad dado que ayuda al paciente a tomar conciencia, motivarse y prevenir recaídas.