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    K, vitamina

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    Es una familia de compuestos que resulta vital para la coagulación de la sangre, junto a varias proteínas y el calcio. Contribuye en la prevención de hemorragias. También activa proteínas que están presentes en los huesos, músculos y riñones, potenciando la vinculación del calcio con estos órganos.

    Una de las formas de vitamina K se sintetiza en el intestino humano a través de las bacterias y aporta el 10 por ciento de la cantidad necesaria diariamente. El resto proviene de la alimentación.

    Fuentes alimentarias

    Las fuentes de vitamina K son el hígado, vegetales de hoja verde (hojas de nabo, espinaca, lechuga verde oscuro), brócoli, chauchas, espárragos, repollo, arvejas, porotos de soja, aceite de canola y aceites de hígado de pescado.

    Recomendación diaria

    Se recomiendan 120 microgramos por día para el hombre, y 90 microgramos para la mujer, en tanto que los jóvenes de 14 a 18 años necesitan 75 microgramos diarios. Esta indicación se cubre con el consumo diario de por lo menos uno de los alimentos fuente.

    Los recién nacidos necesitan entre 1 a 5 mcg por día para prevenir hemorragias ya que al momento del nacimiento no cuentan con la vitamina. No aumentan los requerimientos durante la lactancia o embarazo.

    Carencia

    Si no se consume suficiente cantidad de vitamina K la sangre no coagula en forma adecuada. La falta de vitamina K, sin embargo, no es frecuente. Cuando ocurre, generalmente se debe a una disminución de su producción y absorción en el intestino, combinada con una alimentación baja en alimentos que la contienen. Puede observarse en bebés recién nacidos y en personas de edad avanzada cuando la alimentación es inadecuada o se ingieren antibióticos con frecuencia. Los celíacos, por ejemplo, suelen sufrir falta de vitamina K por problemas de malabsorción intestinal.

    El uso prolongado de antibióticos destruye parte de las bacterias que participan en la fabricación de esta vitamina. En casos de enfermedad hepática o problemas genéticos, puede ocurrir que el hígado no es en condiciones de utilizarla.

    La carencia se hace evidente en:
    › deterioro del crecimiento y desarrollo;
    › hemorragias nasales;
    › sangre en orina;
    › hemorragias capilares y en la piel, que generan moretones azules y negros de manera espontánea.

    Excesos

    Dado que la vitamina K se deposita sólo en pequeñas cantidades, el exceso se elimina.

    No se han observado síntomas ante el consumo de altas cantidades. Las personas que toman medicación anticoagulante deben ser moderadas en el consumo de alimentos fuente de vitamina K.

    Los efectos tóxicos pueden producirse a través de la vitamina K3, sintica, utilizada en tratamientos médicos. Las vitaminas K1 y K2 se depositan y eliminan fácilmente, en tanto que la K3 o menadiona puede acumularse en la sangre y causar cierto grado de toxicidad.

    Suplementos

    La abundancia de esta vitamina en los alimentos hace innecesaria, en general, la ingesta de suplementos. Tampoco se incorpora en los multivitamínicos más comunes.

    Sólo se utilizan suplementes en casos de inadecuada ingesta calórica o nutricional o por aumento del requerimiento. Son necesarios cuando se realizan intervenciones quirúrgicas que extirpan una porción del tracto intestinal, en casos de quemaduras o lesiones severas y cuando se toman antibióticos en cantidades que puedan destruir la flora bacteriana intestinal.

    La variante sintica, menadiona, se administra a las personas que no pueden utilizar las versiones naturales en forma adecuada. Su acción duplica la de sus pares.

    Precauciones

    La afectan las sustancias alcalinas y ácidas, los rayos x, las grasas, la aspirina, la polución ambiental y el proceso de congelado de los alimentos. Altas dosis de vitamina E o calcio y el uso de antibióticos pueden reducir su absorción. Es bastante resistente a las pérdidas por cocción.

    No se deben tomar suplementos sin prescripción médica y especialmente en estos casos:
    › fibrosis quística;
    › diarreas prolongadas;
    › problemas intestinales durante mucho tiempo;
    › presencia de otros medicamentos que puedan interferir en su absorción;
    › problemas hepáticos.

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