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    Lactosa, intolerancia a la

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    Afección que se produce por la baja capacidad de digerir el azúcar presente en la leche, denominado lactosa. Esta incapacidad puede deberse a daños producidos por bacterias, alergenos o virus en las capas del tejido intestinal. Puede ser también una afección congénita (autosómica recesiva).

    Se manifiesta con síntomas como molestias y dolores abdominales, flatulencias, borborigmos y, a veces, diarrea.

    Una alimentación restringida en leche y sus derivados, e incluso en algunos medicamentos que contienen lactosa como excipiente, ayuda a aliviar el problema.

    La digestión del yogur se ve favorecida no sólo por su menor contenido en lactosa, sino por la existencia de una beta-galactosidasa con actividad lactásica, propia de los microorganismos fermentadores del yogur. La administración oral de beta-galactosidasa resulta un tratamiento efectivo y recomendable, sobre todo para evitar el riesgo de la deficiencia de calcio por la menor ingesta de lactosa.

    La lactosa no necesita excluirse completamente de la alimentación. En rminos prácticos sería posible consumir cantidades razonables de lactosa (10-15g/día = 250-300ml de leche) siempre que se ingiera en pequeñas tomas a lo largo del día, mientras no aparezcan síntomas de intolerancia. De todos modos, es imprescindible consultar al médico.

    El mercado ofrece variantes de leche con bajo contenido o sin lactosa, entera o parcialmente descremada.