Sustancias producidas durante los procesos químicos que tienen lugar en el organismo. Provienen también de los químicos que se incorporan con ciertos alimentos, herbicidas y pesticidas que se inhalan o ingieren, y de la contaminación ambiental por humo de tabaco, escapes de autos, desechos industriales, microbios, etc.
Son nocivos cuando se producen en exceso. Las moléculas de radicales libres tienen la capacidad de formar otras, en una reacción en cadena. Si no se controlan, producen daños en tejidos y células y debilitan las defensas del organismo, lo que contribuye a la aparición de enfermedades y al envejecimiento.
Para combatir a los radicales libres el cuerpo utiliza a las enzimas, que los convierten en sustancias inofensivas. Cuando hay exceso de radicales libres los antioxidantes operan como defensa y los neutralizan; por ello es necesario incorporar antioxidantes a través de la alimentación diaria o suplementos.
Tres vitaminas y un mineral juegan un papel esencial para neutralizar a los radicales libres y prevenir el daño prematuro en células y tejidos: las vitaminas C y E, los betacarotenos y el mineral selenio. Hay además sustancias bioactivas: los fitoquímicos, muchos de ellos con propiedades antioxidantes.