Un estudio de la revista de neurociencia cognitiva (journal of cognitive neuroscience) explica que la intuición es un proceso cerebral que permite decidir rápido usando la experiencia y el aprendizaje acumulado.
De las 35.000 decisiones diarias, solo 100 son conscientes, el resto surge de la intuición que combina emociones, memoria y conocimientos previos. Las emociones ayudan a elegir sin agotar la mente y la intuición se fortalece con práctica, experiencia y aprendizaje continuo, haciendo que las decisiones sean más rápidas y precisas.
7 formas de entrenar la intuición:
1. Comenzar por la intuición, dejándola actuar sin juzgar el resultado.
2. Proporcionar información para que el sistema se enriquezca y se adapte a la manera de ver el mundo.
3. Practicar optimismo, eliminando emociones negativas que bloquean la intuición y activando el cerebro automático.
4. Mantener actitud de aprendizaje, adquiriendo nuevos conocimientos constantemente.
5. Acumular experiencia variada y aplicar lo aprendido en la práctica.
6. Analizar las corazonadas y cómo el módulo intuitivo avisa de ellas.
7. Vigilar enemigos de la intuición, como sesgos cognitivos, juicios emocionales y estereotipos, usando técnicas como mindfulness o relajación.
La intuición se relaciona con las neuronas del corazón porque el corazón tiene un sistema nervioso propio de unas 40,000 neuronas que actúan como un “cerebro” capaz de procesar emociones, almacenar recuerdos y percibir información.
Este sistema nervioso cardíaco envía información neuronal al cerebro, lo que contribuye a las “corazonadas” o intuiciones, que son decisiones basadas en experiencias y sensaciones almacenadas en el corazón.
Y vos…¿Hacés caso a tus corazonadas?






