Un estudio de Salud de UCLA publicado en la Revista de Pediatría Clínica destaca que solo el 5% de la población infantil consume la cantidad diaria recomendada de fibra, un nutriente clave que aportan las legumbres. Estos alimentos contienen entre 7 y 9 gramos de proteínas por media taza, junto con hierro, calcio, potasio, magnesio, zinc, cobre, ácido fólico y vitamina B6, esenciales para el crecimiento, el metabolismo, la digestión y el desarrollo celular.
También ofrecen fibra soluble e insoluble, que favorece el tránsito intestinal, regula el azúcar y reduce el colesterol. Algunas variedades como la soja suman grasas buenas como omega 3 y 6, útiles para el cerebro y el corazón. Incluir porotos en sopas, dips o postres caseros ayuda a que los chicos los acepten fácilmente.