El 5 de octubre es el Día Mundial dedicado a difundir las consecuencias de esta enfermedad. Aquí te contamos de qué se trata esta infección de las membranas que recubren el cerebro y la médula espinal y cuáles son las señales para un diagnóstico precoz
La meningitis es una enfermedad que produce la inflamación del tejido que recubre el cerebro y la médula espinal. El tipo más común de meningitis es el causado por virus, aunque también se producen casos por bacterias, hongos, químicos, medicamentos y tumores.
MENINGITIS VIRAL
También llamada meningitis aséptica:
- es más moderada y frecuente que la meningitis bacteriana,
- generalmente se resuelve sin tratamiento,
- se suele desarrollar al final del verano y comienzo del otoño,
- en el 70% de los casos se presenta en niños menores de 5 años.
En general se transmite por la saliva o las heces (vía fecal-oral). La mayoría de los casos se producen por un tipo de virus llamado “enterovirus” que comúnmente causa enfermedad intestinal.
Otros tipos de virus que pueden causar meningitis, son:
- Virus del herpes: es el mismo que puede causar el herpes labial y el herpes genital.
- Virus que causan paperas y VIH.
MENINGITIS BACTERIANA
Es una variedad más grave y puede producir la muerte o daño cerebral aún con tratamiento. Representa una verdadera emergencia médica y requiere tratamiento inmediato.
Las bacterias que frecuentemente causan meningitis son:
- Streptococcus pneumoniae (neumococo): causa ocasional de meningitis en niños menores de 2 años. También produce otro tipo de enfermedades como otitis, sinusitis y neumonía.
- Haemophilus influenzae: provoca meningitis en menores de 5 años pues, con el crecimiento, el organismo “aprende” a defenderse de él. La vacuna eficaz contra esta bacteria está en el Calendario Nacional de Vacunación desde 1998 y logró una disminución importante de la mortalidad.
- Neisseria meningitidis (meningococo): afecta a personas de todas las edades, principalmente a menores de 15 años (90%) y con más frecuencia durante los dos primeros años de vida. En 2017 se incluyó en el Calendario Nacional la vacuna tetravalente contra el meningococo para bebés y adolescentes a partir de los 11 años. Esta nueva dosis no solo protege a los grupos vacunados sino que reduce la circulación de la bacteria en grupos más vulnerables.
Las bacterias que provocan la meningitis se transmiten por aire y por contacto directo con una persona infectada.
SÍNTOMAS
Los síntomas habituales son fiebre, escalofríos, dolor de cabeza intenso y constante, náuseas, vómitos, cuello rígido (meningismo), sensibilidad a la luz (fotofobia) y confusión.
En los bebés las manifestaciones son menos evidentes y debe sospecharse si hay rechazo de la alimentación, tienen mal aspecto, respiración quejumbrosa y decaimiento o irritabilidad exagerada.
Otros signos pueden incluir:
- Somnolencia o dificultad para despertarse.
- Llanto agudo y molestia visible cuando se lo mueve.
- Fiebre.
- Rigidez en la nuca.
- Punto blando abultado en la parte superior de la cabeza (fontanela).
- Convulsiones.
- Vómitos.
- Erupción o manchas en la piel.
- Rostro pálido.
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
El diagnóstico se realiza en base al cuadro clínico y los antecedentes, aunque el médico también puede solicitar exámenes complementarios.
Para el tratamiento de la meningitis bacteriana se prescriben antibióticos según el agente infeccioso. En casos graves podría ser necesaria la hospitalización.
El diagnóstico y tratamiento tempranos de la meningitis bacteriana son esenciales para prevenir lesiones neurológicas permanentes. Entre las complicaciones que se pueden presentar están la pérdida de la audición o de la visión, la hidrocefalia y el daño cerebral.
La meningitis viral, en cambio, no es una enfermedad grave ni requiere antibióticos y sus síntomas desaparecen al cabo de 2 semanas sin complicaciones.
En Argentina se registran más de 500 casos de meningitis bacteriana al año. Esto representa un promedio de 8 casos por semana.
PREVENCIÓN Y CONTROL
Para prevenir la meningitis se recomienda:
• Cumplir con el Calendario Nacional de Vacunación.
• Ventilar a diario los ambientes con alta concentración de personas (tanto en el hogar como en negocios, escuelas y sitios laborales).
• Enseñar a los niños a no compartir vasos, utensilios ni toallas en comedores escolares, jardines de infantes y guarderías.
• Realizar la limpieza de superficies y desinfección de pisos en forma regular y usar diferentes elementos de limpieza en baños y cocinas.
• Lavarse las manos a menudo con agua y jabón. También pueden utilizarse productos o geles con base de alcohol que ayudan a detener la diseminación de virus y bacterias.
Si tenés contacto con una persona con meningitis bacteriana, consultá con tu médico acerca de la conveniencia de recibir tratamiento antibiótico preventivo para evitar el contagio y detener la diseminación de la enfermedad.
Fuentes:
Organización Mundial de la Salud, Ministerio de Salud de la Nación