¿Cómo evitar intoxicaciones por este gas invisible, inodoro e incoloro, que representa una amenaza real en espacios cerrados y mal ventilados? Un dato alarmante: Hasta la semana del 21 de junio, el Ministerio de Salud registró 473 personas intoxicadas por monóxido de carbono, lo que equivale a un aumento del 57 % respecto del promedio observado entre 2020 y 2024.
Estos días, la tragedia que enlutó al barrio de Villa Devoto, donde murieron 5 miembros de una familia por inhalación de monóxido de carbono, encendió nuevamente las señales de alerta y nos recuerda la necesidad de informar porqué es tan peligroso no ventilar ambientes calefaccionados.
Consultamos a la Dra. María Rosa González Negri, titular de la Cátedra de Toxicología de la UBA y Doctora del Departamento de Toxicología del Hospital Gutierrez, donde se encuentra internado el único sobreviviente de la casa de Villa Devoto, un bebé de un año.
“Hay 4000 intoxicaciones por monóxido de carbono al año. Por eso, lo primero y más importante es PREVENIR. Todos los años, en casas particulares y edificios antes del inicio del invierno, se debe llamar a un gasista matriculado para verificar el estado de las estufas, calefones y hornos y chequear que las salidas de los caños y de los artefactos a gas estén destapadas.
Durante la noche, apagar todo y dormir abrigado. Es mejor dormir con ropa que con la calefacción encendida. La llama amarilla indica monóxido, pero hay que tener en cuenta que siempre donde hay llama y combustión hay monóxido. Es importantísimo tener un minimo de ventilación. Para tener una idea, la ventana abierta donde entren tres dedos. Tanto a la muerte por frio extremo como por monóxido de carbono la llaman “la muerte silenciosa” porque nos vamos desvaneciendo sin posibilidad de reaccionar. Mejor, prevenir .