En el Día Mundial de las papas fritas te contamos por qué los alimentos ricos en grasas son más irresistibles y las enormes diferencias nutricionales de esta guarnición tradicional para que elijas el método de cocción con inteligencia
Cada 20 de agosto se celebra, en todo el mundo, el día de las papas fritas. Este plato, de origen discutido entre belgas y franceses, es un clásico en la gastronomía internacional y un excelente ejemplo de las preparaciones con exceso de grasas (y sal, si abusás del salero).
Junto con el sodio y los azúcares, los alimentos ricos en grasas son los que más contribuyen al aumento de peso y la obesidad y también son los más irresistibles.
En el caso de las grasas, una investigación llevada a cabo en Estados Unidos estableció que cada vez que consumimos preparaciones con exceso de este nutriente, nuestro intestino produce endocanabinoides, una sustancia similar a los compuestos que contiene la marihuana que provoca nuestra conducta glotona al estimular las ansias de comer más.
CANNABIS NATURAL
Los endocanabinoides son un grupo de moléculas involucradas en varios procesos fisiológicos como el apetito, la sensación de dolor, la memoria y el estado de ánimo. Son similares al cannabis, pero producidas de forma natural por nuestro propio organismo.
Aunque los científicos desconocen por qué este mecanismo se desata únicamente con el consumo de grasas, se cree que este proceso es una respuesta evolutiva de los mamíferos: “los animales tienen una necesidad imperiosa de consumir grasas porque, aunque son escasas en la naturaleza, son cruciales para el adecuado funcionamiento de las células”, explican los expertos.
“En la sociedad humana contemporánea, sin embargo, las grasas están ampliamente disponibles y la necesidad innata de comer alimentos grasos ha conducido a la obesidad, la diabetes y el cáncer”, agregan. Es decir, aquel mecanismo natural que alguna vez ayudó a los mamíferos a sobrevivir, ahora está provocando el efecto inverso.
En La alimentación inteligente, el doctor Alberto Cormillot afirma que «durante el consumo de alimentos ricos en grasas, azúcares y sal se activan las mismas zonas del cerebro que cuando alguien tiene adicción a una droga como la nicotina, por ejemplo.
Como biológicamente nuestro circuito de recompensa es compartido tanto por estímulos naturales (comida y sexo) como artificiales (drogas de adicción), las recompensas naturales podrían volverse adictivas y muchas personas con problemas con el peso corporal se automedican con comida ante situaciones afectivas.
Sin embargo, esto no es todo: el exceso de grasas, sodio y azúcares sobreestimula nuestro centro de recompensa y lo hace vivir necesitándolos… ¡en demasía! Tal como sucede con el cigarrillo, en ambos casos ocurre un progresivo deterioro de los circuitos cerebrales de recompensa.
Entonces, al consumir habitualmente alimentos y preparaciones que contienen estos nutrientes la respuesta de bienestar desencadenada en el cerebro se va reduciendo, por lo que debe aumentar las cantidades para obtener la misma satisfacción y pierde el control de su comportamiento alimenticio».
EN DEFENSA PROPIA
¿Estamos sentenciados? ¡Claro que no! Para tomar decisiones inteligentes, te contamos las enormes diferencias que se producen en calorías y grasas según las distintas formas en que se procesan las papas.
Por supuesto que podés darte un gusto con la opción que prefieras. Sin embargo, si sos de los que abren un paquete y no paran hasta terminarlo, lo más conveniente será comprar el envase más chico o servirte una porción en un bol y guardar el resto para la próxima. Y si la opción elegida para disfrutar es la guarnición de papas fritas caseras, lo mejor será poner una porción en tu plato y degustarlas lentamente.
PAPAS FRITAS DE PAQUETE (100 GRAMOS)
- 540 calorías.
- 32 gramos de grasas.
PAPAS FRITAS CASERAS (100 GRAMOS)
- 180 calorías.
- 10 gramos de grasas.
PAPAS CONGELADAS PRE FRITAS (100 GRAMOS)
Si las cocinás al horno con rocío vegetal:
- 135 calorías.
- 3.5 gramos de grasas.
Si las cocinás fritas en aceite:
- 240 calorías.
- 13 gramos de grasas.
5 TIPS PARA PAPAS FRITAS PERFECTAS
Si vas a preparar esta clásica guarnición, tené en cuenta que la clave está en la cantidad y la temperatura del aceite. Lo más conveniente, para asegurarte una cocción en la que el aceite no se sature y se vuelva perjudicial, es usar una buena cantidad de este líquido y poner a cocinar las papas cuando esté caliente pero sin humear.
Otra clave es no salarlas estando recién cocidas, porque la sal hace favorece la liberación de líquidos de la papa y hace que pierdan su textura crocante.
Ahora sí, el paso a paso:
- Pelar las papas, cortarlas en bastones a lo largo y dejarlas en remojo en agua fría para que liberen el almidón y, al freírlas, queden más crocantes.
- Escurrirlas y secarlas con repasador.
- Poner a calentar aceite de primera cocción.
- Cuando esté el aceite esté a temperatura bien caliente, colocar las papas en tandas y dejar cocinar sin revolver. Solo moverlas de vez en cuando para evitar que se peguen.
- Una vez cocidas, sacarlas con espumadera quitando el exceso de aceite y acomodarlas en un recipiente amplio con papel de rollo para que traspase parte del aceite que queda en la superficie del alimento.
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