Estas claves te ayudarán a desautomatizar la rutina de comer rápido y en mucha cantidad y te permitirán disfrutar de los alimentos y firmar la paz con la comida
Cuando nos proponemos adelgazar generalmente pensamos en reducir las calorías que ingerimos sin detenernos a considerar el modo en que comemos.
Esto es importante porque, si aprendés a comer de manera apropiada, podrás lograr un control cada vez mayor sobre la comida que elijas, hacer elecciones más convenientes y evitar la ingesta excesiva que se asocia muchas veces con el comer de manera voraz.
¿Sos de comer rápido, comer sin disfrutar demasiado la comida o comer todo lo que haya en tu plato? ¿Solés comer a los apurones, de pie, con tensión, mirando la tele, leyendo el diario, mientras trabajás, organizás el día o discutís con tus hijos? Estas costumbres favorecen el descontrol sobre lo que se ingiere e identificarlas es el primer paso para empezar el cambio.
Para iniciarte en una manera más saludable de comer podés aplicar la técnica del comer pensando. ¿Pensando en qué? En lo que estás comiendo, en tu respiración, en la actitud que tenés hacia la comida y la postura que adquiere tu cuerpo en ese preciso momento. Con todos tus sentidos al servicio del sabor, del aroma, de la textura, de tu cuerpo y sus movimientos.
Esta técnica puede resultar extraña al comienzo dado que no estamos acostumbrados a comer de este modo, muy diferente a lo habitual. Sin embargo, es una herramienta útil para:
- Controlar la porción. Demorar el acto de comer; es decir, hacerlo más lento, permite a tu cerebro registrar la ingesta y avisar a tiempo cuándo está satisfecho, dado que sentirá la señal de saciedad que suele pasarse por alto cuando uno come rápido hasta terminar el plato, por ejemplo.
- Aumentar el placer de comer. Si te concentrás en lo que estás haciendo descubrirás el placer que encierran los alimentos y las preparaciones, aspectos elementales si considerás que este acto es uno de los más importantes para la supervivencia.
- Despertar ante la comida. Al concientizar el proceso notarás las sensaciones que provoca el alimento: su sabor, sus cambios de textura y aroma, su temperatura. Por eso la persona que come en forma consciente invierte un momento con cada bocado, “despertando” a cada cualidad del alimento.
STOP: LA TÉCNICA BÁSICA
-Antes de comenzar a comer observá los alimentos: su color, forma, disposición en el plato. Sentí su aroma, disfrutá unos segundos.
-Cuando lleves un bocado a tu boca hacelo lentamente y registrá tus movimientos.
-Apoyá los cubiertos sobre la mesa y liberá tus manos.
-Masticá y prestá atención al proceso. Concentrate en el sabor de la comida. Seguí masticando hasta que el alimento esté totalmente blando. Usá esta consistencia del alimento como una señal para tragar.
-Después de tragar, pero antes de poner más alimento en tu boca, hacé una pausa y bebé algo de líquido.
La próxima vez que comas, poné en práctica estos cuatro pasos:
MÁS ESTRATEGIAS ÚTILES
-Hacé pausas de 1 minuto (por reloj) en medio de la comida (no entre plato y plato); durante ese tiempo no mastiques ni tomes líquidos.
-Comé siempre sentado y, de ser posible, en el mismo lugar.
-Usá siempre los cubiertos.
-No limpies sistemáticamente el plato. Dejá, por lo menos, un bocado.
-Comenzá las comidas principales con ensalada o sopa.
-Comé solo de tu plato; evitá picar del plato de los demás o de las fuentes que lleven a la mesa.
-Controlá tu ingesta de bebidas alcohólicas.
-Intentá no hacer otras actividades como leer, mirar televisión, escribir en la computadora o chatear en el celular, a excepción de una conversación amable con el resto de la familia.
-De ser posible, evitá durante la comida las discusiones domésticas o cualquier tipo de charla que pueda alterar tu tranquilidad y capacidad de dominio.
Comer pensando es la mejor forma de aprender y dominar las habilidades para comer mejor, disfrutar de los alimentos y firmar la paz con la comida.