Un estudio publicado en la Revista Trimestral de Psicología Experimental (The Quarterly Journal of Experimental Psychology) demostró que hablar en voz alta ayuda a mejorar la memoria, organizar pensamientos y resolver problemas.
La investigación comprobó que quienes nombraban objetos en voz alta podían localizarlos más rápido en una pantalla. Este hábito, conocido como autodiálogo, también favorece la concentración, estimula la motivación y aporta claridad mental, siempre que no se relacione con síntomas preocupantes.
En la infancia funciona como herramienta natural de aprendizaje, ya que orienta tareas y refuerza actividades motoras.
Los especialistas en salud mental afirman que no indica trastornos y puede aportar beneficios emocionales y cognitivos.
La psicología contemporánea considera que el autodiálogo actúa como forma de socialización interna que contribuye positivamente al bienestar emocional, proporcionando motivación cognitiva y claridad mental.






