¿Qué contienen los alimentos?: Sepa cuáles son los sistemas de etiquetado usados en el mundo

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Aunque no hay consenso acerca del modelo más efectivo para etiquetar los alimentos, en el mundo existen distintas rotulaciones que conviene conocer. Renovar los modelos establecidos podría permitir una elección más saludable de los alimentos que elegimos y promover mejoras en la salud de los argentinos


Mejorar el sistema de etiquetado es fundamental para la salud pública porque un sistema eficiente ayuda a que el consumidor identifique los alimentos de alto contenido calórico y bajo valor nutricional de manera rápida y sencilla y promueve elecciones más saludables. Esta es una cruzada por la que viene bregando el doctor Alberto Cormillot (ver El Dr. Cormillot promueve un nuevo sistema de etiquetado para prevenir enfermedades).

Hay muchos modelos en el mundo. Todos tienen en cuenta las calorías, la grasa, el sodio, la cantidad de azúcar… algunos diferencian la grasa total de la saturada, otros agregan fibra y proteínas, otros incluyen los edulcorantes y otros más frutas y hortalizas.

Aunque a nivel nacional existe cierto consenso acerca de la inutilidad del etiquetado en uso, el debate en torno al mejor sistema de etiquetas no es solo local.

Distintos países del mundo idearon formatos para comunicar el contenido nutricional o desarrollaron sistemas de advertencia que siguen dos grandes líneas:

Sistemas de etiquetado enfocados en nutrientes: Brindan información sobre ciertos nutrientes críticos para la salud, cuya ingesta en exceso aumenta el riesgo de obesidad, hipertensión arterial, diabetes, enfermedad cardiovascular y otras enfermedades crónicas. De acuerdo con el país, informan sobre calorías, grasas, grasas saturadas y trans, sal/sodio y azúcares.

  • Sistemas de etiquetados de resumen: a diferencia de los sistemas enfocados en los nutrientes, que suministran información sobre aquellos que son críticos para la salud, estos sistemas realizan una evaluación global del producto en relación con el contenido nutricional y sintetizan con un solo símbolo, icono o puntuación la calidad nutricional general de un producto.

QUÉ PASA EN ARGENTINA

El Código Alimentario Argentino elaborado por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica –ANMAT- establece lo siguiente:

  • Ningún alimento debe tener rótulos, ilustraciones, emblemas o frases que engañen al consumidor ni que prometan beneficios no probados científicamente.
  • Ningún alimento debe enunciar algún efecto terapéutico.
  • La etiqueta nutricional deberá estar escrita en el idioma del país destino del producto con letra de “buen tamaño, realce y visibilidad” (concretamente no inferior a 1 milímetro).

La experiencia indica que difícilmente se cumplan estos criterios.

De todos los modelos mencionados, tres son los que están en consideración en nuestro país:

  1. Las Guías Diarias de Alimentación (GDA) que proveen la información nutricional asociada a un color del semáforo.
  2. El sistema de advertencia (octógono negro) usado en Chile, Uruguay y Brasil.
  3. El Puntaje Nutricional usado en Francia y España, donde cada alimento tiene un “score” que va del rojo al verde informando acerca de la síntesis de nutrientes que aporta el alimento.

Si se siguen las GDA, 8 de cada 10 alimentos quedan afuera ya sea debido a su exceso de sodio, de grasas o de azúcares, o a la combinación de algunos de estos nutrientes que conviene limitar.

Todavía se desconoce el impacto en la población de las etiquetas de advertencia octogonales que destacan los elementos que el alimento puede tener en exceso. Cuando todo es negro, nada es negro. Porque si todo es negro ya da lo mismo, entonces no es un etiquetado que eduque.

El semáforo es uno de los más estudiados y parece influenciar en la elección y compra de alimentos saludables. Probablemente los que sean colores por nutriente sea el mejor sistema, aunque todo depende del contexto, porque las personas que más necesitan entenderlo son las que tienen menos alfabetización nutricional.

El etiquetado frontal como estrategia de salud pública debe tener como objetivo ayudar a los consumidores a elegir alimentos y bebidas industrializados más saludables de una manera sencilla y rápida.

Para conseguirlo, el nuevo sistema debe:

  • Ser simple (no requerir habilidades matemáticas).
  • Ser llamativo (usar colores, símbolos o palabras que adviertan al consumidor sobre la presencia de altas cantidades de nutrientes que deben limitarse).
  • Ser rápido (tomar poco tiempo de interpretación).
  • Contar con la mayor evidencia científica posible, generada por instituciones sin conflicto de interés.
  • Estar acompañado de una campaña que provea información acerca de su uso especialmente dirigida a padres, madres y cuidadores responsables de las compras familiares.
  • Involucrar a Organizaciones Internacionales y No Gubernamentales (ONGs) para promover y alentar la regulación incluyendo el tema en la agenda pública.

Esto ayudará a diseñar un etiquetado que…

  • permita a los consumidores tomar decisiones informadas,
  • reduzca las brechas en el acceso a la información entre diversos grupos socioeconómicos,
  • facilite la comparación entre productos de una misma categoría permitiendo optar por los más convenientes,
  • sirva como incentivo para que la industria alimentaria desarrolle perfiles más saludables.

Decidir el sistema más eficiente debe ser el resultado de una Política de Alimentación que incluya tanto a la industria de la alimentación como al marketing de los alimentos y bebidas que confluyeron en hacer los productos cada vez más ricos y publicitados.

“La región de las Américas tiene la mayor prevalencia de obesidad del mundo, incluidos niños y adolescentes. El etiquetado de alimentos contribuye positivamente en la reducción de los niveles de obesidad en toda la población”,según la UNICEF

Ver también: Claves para leer las etiquetas de los alimentos que se usan hoy en la Argentina y El Dr. Cormillot promueve un nuevo sistema de etiquetado de alimentos para prevenir enfermedades.