En el “Día de los enamorados” te contamos qué dice la ciencia sobre este sentimiento universal que revoluciona cuerpo y mente
El amor es una emoción que inspira a los poetas y cautiva a los científicos.
Tanto es así que las primeras herramientas psicológicas para cuantificarlo aparecieron en los años 40 del siglo pasado y, desde entonces, miles de estudios se multiplicaron para intentar dar una explicación a sus misterios.
Es por eso que se sabe, hace tiempo, que a pesar de que su ícono mundialmente reconocido es el corazón, el amor reside en el cerebro y representa un apasionante objeto de estudio para las neurociencias.
DEFINIENDO AL AMOR
Tan inquieto es el amor como inasible su definición.
Para algunos expertos es una emoción «secundaria», más compleja que la alegría, el miedo o la tristeza, que afianza los vínculos y asegura protección y continuidad a la especie.
Para Helen Fisher, antropóloga de la Universidad de Chicago (USA), más que una emoción, el amor romántico es un impulso “(…) que viene de la parte del cerebro que desea, que ansía”.
Más allá de las diferencias, los científicos concuerdan en que su naturaleza es eminentemente química ya que el amor es el resultado de ciertos mecanismos biológicos que influyen en la atracción entre las personas.

Así, el amor es el resultado de un cóctel entre:
- Feromonas: sustancias señalizadoras que demuestran que la especie humana también se comunica a través de los olores. En este campo intervienen, por ejemplo, los esteroides axilares que se activan en la pubertad y son detectados por el órgano vomeronasal localizado entre la nariz y la boca. Es más, las investigaciones sugieren que los olores de un individuo estarían determinados en parte por el complejo mayor de histocompatibilidad, algo así como un sello de identidad genética que determina la preferencia de unos olores por sobre otros guiando la elección de pareja.
- Proximidad, parecido y familiaridad: estas tres variables determinadas biológicamente son una especie de “receta para la atracción” que confirma que dos personas que se encuentran más cercanas físicamente, son similares en edad o altura o comparten actitudes hacia ciertos temas tienen más probabilidad de sentirse atraídas que dos desconocidos que se cruzan en la calle; situación que puede ocurrir pero no es la más común.
- Circuitos cerebrales: el amor y el deseo comparten áreas que se activan selectivamente y se complementan activando neurotransmisores que intervienen en el cóctel cerebral del amor. Las sustancias que más intervienen son:
- Dopamina: participa en la actividad motora y el sueño. Junto con la noradrenalina y la serotonina, regula la angustia, la ansiedad, el miedo y la agresividad, así como los problemas en la conducta alimentaria. Interviene en el comportamiento y la cognición, la motivación y la recompensa, el humor, la atención y el aprendizaje. Se la relaciona con la energía, el interés, la autoestima, la felicidad y el impulso por llevar a cabo tareas intelectuales y físicas.
- Serotonina: regula el apetito mediante la saciedad. Equilibra el deseo sexual, controla la temperatura corporal y la actividad motora. Es necesaria para elaborar melatonina, hormona que regula el sueño. Nivela el cortisol -hormona del estrés- y está asociada al bienestar porque regula las funciones perceptivas y cognitivas y eEquilibra los estados de ánimo, interviene en la percepción del dolor, la agresividad, el miedo, la angustia, la felicidad y la motivación.
- Feniletilamina: sustancia que inunda el cerebro durante la primera fase inhibiendo la necesidad de descanso y de comida y favoreciendo un estado de euforia y “ceguera” de aspectos percibidos por otros como negativos.
- Oxitocina: hormona vinculada con el apego, la necesidad de afecto y el pensamiento romántico.
- Norepinefrina: hormona del estrés junto con el cortisol, favorece la respuesta lucha o huida incrementando directamente la frecuencia cardiaca, desencadenando la liberación de glucosa de las reservas de energía y aumentando el flujo sanguíneo; afecta la atención y la concentración –¿será la responsable de la frase “cabecita de novi@”?.
- Endorfinas: reducen de la ansiedad, aumentan la percepción del placer, la sensación de alegría, el bienestar y la euforia.
CUPIDO MODO “ON”
Ver al ser amado desencadena un proceso de reacciones de adaptación fisiológica:
1. La liberación de neurotransmisores afecta sobre cuatro áreas del cerebro: nudo accumbens, septum, amígdala y corteza prefrontal.
2. Estas activan al hipotálamo, centro de las reacciones emocionales.
3. El sistema nervioso autónomo prepara a los capilares sanguíneos para recibir un mayor flujo de sangre y activar las glándulas sudoríparas. Las mejillas se ponen rozagantes.
4. El corazón reacciona aumentando los latidos junto con el volumen de sangre bombeado.
5. Las sustancias químicas cerebrales encienden áreas relacionadas con la energía, la sensación de sosiego, el placer y la calma natural; y desactiva otras para que la estimulación sea placentera y movilizante sin llegar a niveles de estrés.
RECETA PARA EL AMOR DURADERO
Mientras los estudios continúan, la neurobiología asegura que aunque las cantidades de hormonas y neurotransmisores varíen a medida que la relación se asienta dándole distintas formas con el paso de los años, este sentimiento majestuoso que llega para desequilibrarlo todo descontrolando cuerpo y mente solo puede perdurar si las sustancias cerebrales se combinan con tres ingredientes indispensables:
1. Intimidad: sensación de cercanía, conexión.
2. Pasión: impulso sexual, atracción física.
3. Compromiso: decisión de que la relación perdure.

¿De qué manera?
- Propiciando espacio para disfrutar de a dos.
- Escuchando las necesidades del otro.
- Cultivando la virtud del diálogo.
- Estimulando la novedad y la sorpresa.
- Multiplicando las expresiones de afecto al 5 x 1 (cinco positivas por cada negativa).
- Preguntándose cada mañana qué podemos hacer durante 5’ para mejorar nuestra vida en pareja.
Será por eso que, más allá de los hallazgos científicos, la química y la “piel” que pueda sentirse con el otro, a la magia del enamoramiento hay que ayudarla con respeto, comprensión y tolerancia.
Sin dudas, todo un arte.