Compartimos las diferencias entre los distintos dolores de cabeza para que puedas evaluar el origen antes de consultar con tu médico
Todos los dolores de cabeza se denominan cefalea, nombre que reúne a una de las patologías más comunes en la población mundial y representa uno de los principales motivos de consulta médica con especialistas en neurología.
De acuerdo a su origen, puede tener un tratamiento distinto, por lo que es muy importante conocer el tipo de dolor y saber además que, cuando aumenta la frecuencia de la migraña (cefalea vascular) y se convierte en crónica, interfiere drásticamente en la calidad de vida de la persona.
Tanto es así que, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la cuarta causa más común de discapacidad, y a nivel mundial tiene una prevalencia del 10%, frecuencia que se repite en nuestro país donde 1 de cada 10 personas tiene migrañas en forma regular.
CLASIFICACIÓN
Las cefaleas pueden reunirse en 2 grandes grupos:
- Secundarias. Son los dolores de cabeza que actúan como síntoma de otras enfermedades. Se asocian a tumores, traumatismo encéfalo craneano y accidentes vasculares cerebrales, entre otras patologías.
- Primarias. Se trata de los dolores de cabeza que aparecen sin causas estructurales o metabólicas; es decir, que no se asocian a otras patologías. Dentro de este grupo se encuentran la cefalea tensional y la migraña o jaqueca.
Según el Primer Estudio de Prevalencia sobre Migraña (2019) realizado en el país por la Sociedad Neurológica Argentina, el 53% de los argentinos adultos presentaron algún tipo de cefalea en el último año y cerca de un 10% de las personas encuestadas fueron consideradas migrañosas.
CEFALEA TENSIONAL. De acuerdo a las señales que presenta, la cefalea tensional se puede clasificar en:
- Esporádica: sensación de opresión alrededor del cráneo, en la parte posterior de la nuca y en el cuello. Generalmente es tolerada sin que produzca incapacidad, disminución de la actividad ni interrupción del sueño.
- Crónica: dolor en el frente del cráneo que persiste sin desaparecer por más que aumente la ingesta de analgésicos. Puede provocar demora en conciliar el sueño y la consecuente somnolencia diurna que interfiere en la actividad cotidiana al día siguiente, efecto rebote por exceso de analgésicos y alteraciones del humor.
La cefalea tensional se considera crónica cuando se presenta 15 días o más al mes.
Entre las causas de cefalea tensional se encuentran las siguientes:
- Contracción muscular.
- Olores fuertes (comida, perfumes, humo, cigarrillo), alimentación (chocolates, queso, fritos, vino tinto, cerveza), cambios en el sueño, ruidos excesivos, variaciones en el clima.
- Cambios hormonales: menstruación, anticonceptivo oral, terapia de reemplazo hormonal.
- Estrés, angustia.
El tratamiento incluye la toma de analgésicos y miorrelajantes para aliviar contracturas musculares, posibles causantes del dolor.
CEFALEA VASCULAR. También conocida como migraña o jaqueca, esta cefalea tiene una base genética y se debe a la alteración de los niveles de neurotransmisores (serotonina, dopamina) que favorecen la dilatación de las arterias cerebrales provocando el dolor.
Las señales incluyen:
- Dolor agudo, fuerte, pulsátil (de un lado de la cabeza).
- Se puede acompañar con náuseas, vómitos e hipersensibilidad a la luz y el ruido.
- Puede durar hasta 72 h.
- Es recurrente.
Aunque un 60% de las personas ve disminuida su calidad de vida por no contar con la terapia apropiada, el tratamiento asegura una mejora significativa.
En general, el mismo consiste en tomar las siguientes medidas:
- Ante los primeros síntomas retirarse a un sitio tranquilo, con poca luz y sin ruidos para relajarse 10 o 15 minutos.
- Tomar el analgésico prescripto al comienzo del dolor. Una vez que se instaló se precisan dosis mayores para controlarlo.
- Repetir la dosis a las 2 horas si el dolor no mejoró. Si después de la segunda dosis el dolor persiste, posponer otras 4 horas la ingesta de una tercera dosis.
Los dolores que genera la cefalea vascular solo se alivian al combinar descanso con el fármaco prescripto por el médico.
PREVENCIÓN
Las personas que sufren dolores intensos o recurrentes deben consultar a su médico para determinar el origen. Además del tratamiento específico, las medidas preventivas incluyen: