Acumular calorías es mucho más fácil de lo que pensamos y debemos ser conscientes de que 7000 de ellas significan un kilo más de peso. Prestar atención a los ejemplos que siguen a continuación te ayudará a darte gustos de manera inteligente
A la hora de comer, cada día tomamos decisiones basadas en los recursos que tenemos y en la distribución del tiempo disponible. A esto se denomina ECONOMÍA.
También nos adaptamos a nuestro entorno y desarrollamos una relación recíproca con este, lo que se conoce como ECOLOGÍA.
El resultado podría traducirse en esta fórmula → E2= ECONOMÍA X ECOLOGÍA.
El problema es que en nuestro entorno la comida está disponible 24 x 7 -las 24 horas, los 7 días de la semana- y la tecnología ha disminuido la necesidad de trabajo físico. En consecuencia, se produce un desequilibrio calórico que lleva al aumento de peso como algo “natural”. Es la ley de las consecuencias no intencionales, es decir: una consecuencia imprevista.
Seguir practicando la fórmula E2 sin hacer cambios solo dará por resultado menos salud, más kilos y más complicaciones.
Para ayudarte a repensar tus decisiones armamos estos identikits de calorías “ocultas”.
Como verás en los ejemplos, comer esporádicamente o de vez en cuando estas opciones no resulta riesgoso a pesar de que cada una tiene cantidades de grasas, azúcares o sodio que, en exceso, son perjudiciales para la salud.
El problema está en la frecuencia. No será lo mismo comer una vez a la semana una galletita bañada en chocolate que hacerlo a diario. La razón es simple y matemática: la acumulación de calorías extra se convierte, cada 7.000, en 1 kilogramo de grasa corporal.
Por eso la clave para mantener un peso saludable es la sobriedad, aprovechando positivamente la relación entre ECONOMÍA y ECOLOGÍA la mayoría de los días de la semana a través de la ingesta de preparaciones que te permitan incluir los nutrientes más convenientes y dejar los otros para darte un gusto, de vez en cuando.
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