Cerca del diez por ciento de la población mundial padece este conjunto de factores que atentan contra la salud cardiovascular. Te mostramos cómo disminuir los factores de riesgo
El síndrome metabólico está integrado por un conjunto de factores de riesgo que aumentan la probabilidad de sufrir diabetes o una enfermedad cardiovascular que afecte el corazón o el cerebro (ACV).
En personas con peso normal, las causas de su origen serían genéticas. En tanto, en personas con obesidad se relaciona con la alimentación inadecuada (exceso de grasas), el sedentarismo y el paso de los años.
Otras causas posibles pueden ser el consumo de alcohol, el uso de psicofármacos, el tabaquismo, la depresión y el estrés. Sin embargo, la clave de este síndrome es la resistencia a la insulina, estado que se relaciona directamente con la obesidad abdominal.
EL CAMINO DE LA INSULINORRESISTENCIA
En condiciones normales, la insulina se encarga de llevar el azúcar de la sangre a las células del cuerpo. Pero la grasa, en especial la acumulada en el abdomen, produce sustancias -como la resistina, por ejemplo- que entorpecen su acción sobre los tejidos y las células y los convierten en resistentes a la insulina.
Así, el páncreas se ve forzado a producir más insulina para mantener los niveles normales de azúcar en sangre, condición llamada hiperinsulinemia. Esto puede desembocar en el desarrollo de diabetes, síndrome metabólico (SM), síndrome de ovario poliquístico (SOP) y otras enfermedades que aumentan el riesgo de infarto.
SÍNTOMAS
El síndrome metabólico es «silencioso». Es decir: no hay una señal palpable de que lo tengas o se esté desarrollando.
Sin embargo, la presencia de dos o más de estos cuadros aumenta su riesgo:
- OBESIDAD ABDOMINAL: circunferencia de cintura mayor a 80 – 90 cm para la mujer y 95 – 100 cm para el hombre.
- TRIGLICÉRIDOS ALTOS: tener más de 130 mg/dl.
- COLESTEROL HDL (BUENO) BAJO: tener menos de 50 mg/dl para la mujer y 40 mg/dl para el hombre.
- COLESTEROL TOTAL: tener más de 200 mg/dl.
- PRESIÓN ARTERIAL ALTA: tener más de 14/9.
- GLUCOSA ELEVADA: tener más de 100 mg/dl.
PREVENCIÓN
Dado que la obesidad predispone a la resistencia a la insulina, el síndrome metabólico mejora significativamente con la disminución de peso (aunque sea leve) y el aumento de la actividad física, indispensable para tener un efecto más duradero en la respuesta de la insulina.
Además, es importante:
-Moderar el consumo de alcohol: en exceso, genera resistencia a la insulina favoreciendo el desarrollo de síndrome metabólico. En cambio, una ingesta moderada (hasta 1 copa diaria para la mujer y 2 para el hombre) aumenta la sensibilidad a esta hormona e incrementa los niveles de HDL (colesterol bueno), reduciendo el riesgo de enfermedades.
-Evitar el cigarrillo: reduce la sensibilidad a la insulina, aumenta los triglicéridos, disminuye las concentraciones de colesterol HDL (bueno) y, además, eleva la presión arterial.
-Controlar la presión arterial en forma regular y hacerse un chequeo general una vez al año.
-Combatir el estrés: cuando es crónico facilita la producción de cortisol, hormona que aumenta el apetito, favorece el depósito de grasa en el abdomen y daña las arterias.