Entrenamiento cerebral: cuatro claves para mantener la mente plena y en forma

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Así como el ejercicio físico mantiene un cuerpo saludable, el ejercicio mental resulta un aliado para gozar de tus capacidades intelectuales por mucho más tiempo. Ejercicios simples para lograrlo


“¿Dónde dejé las llaves?”.

“¿Cómo terminaba esa película?”.

“¿Te acordás dónde estacionamos el auto?”.

Si estas escenas te resultan habituales, es importante que sepas que los olvidos frecuentes suelen relacionarse con el deterioro cognitivo leve: una fase entre el olvido normal ocasionado por el paso de los años y el desarrollo del Mal de Alzheimer (enfermedad neurológica que se caracteriza por el empeoramiento progresivo de la función cerebral). Sin embargo, no es para preocuparse: no todas las personas con deterioro cognitivo leve progresan hacia esta enfermedad.

En este estadio se presentan ligeros problemas de pensamiento y memoria que no suelen interferir con las actividades cotidianas y, con frecuencia, la persona es consciente de ellos.

Los síntomas abarcan:

  • Dificultad para realizar más de una tarea a la vez o para resolver problemas.
  • Olvidar hechos o conversaciones recientes.
  • Tardar más tiempo para llevar a cabo actividades más difíciles.

De cualquier modo, los mayores de 60 años deben hacerse un chequeo porque, detectado a tiempo, el tratamiento del Alzheimer permite retrasar en años su evolución.

Más allá de esto, en muchos casos el deterioro funcional y cognitivo del cerebro (aquel que dificulta tanto las tareas cotidianas como los recuerdos) no se relaciona precisamente con los años vividos ni con la presencia de una enfermedad sino con la poca ejercitación de este órgano tan importante.

Para mantenerlo lúcido y activo por más tiempo, compartimos cuatro claves de entrenamiento cerebral, a continuación:

1. AUMENTÁ TU VIDA SOCIAL

Mantenete al tanto de lo que sucede alrededor tuyo. Primero, en el núcleo más inmediato (familiares, amigos) y luego en tu barrio, ciudad, país y por qué no ¡el planeta que habitás!

Para hacerlo no solo es necesario que salgas de tu casa (algo que te planteará un ejercicio mental en sí mismo) sino que procures hacer cosas que te alimenten intelectualmente. Por ejemplo ir al cine con alguien y comentar la película, encontrarte con amigos y conversar, leer portales de noticias, diarios, revistas o buscar información en internet.

La clave está en evitar el encierro y el aislamiento. La edad no es sinónimo de pérdida, sino que abre la posibilidad de que puedas dedicar más tiempo a aquellas cosas que más te gustan. ¿Sabés cuáles son? ¡Hacelas! ¿No sabés cuáles son? ¡Descubrilas! Nunca es tarde.

2. ENTRENÁ TUS CAPACIDADES COGNITIVAS

Algunas formas simples son:

  • Control inhibitorio: es la capacidad de frenar o moderar una respuesta predeterminada. Para ejercitarla intentá completar oraciones con palabras que no tengan relación de significado ni de sonido con el estímulo. Por ejemplo: “Donde manda capitán no manda…  (la mesa ratona)”. Seguí con el resto de las frases:
    • Una golondrina no hace…………..
    • Siempre que llovió………..
    • Si hoy es martes, mañana será…………..
    • Está lloviendo mucho, buscaré mi………..
  • Memoria de trabajo: es la capacidad de retener la información en la mente por períodos cortos para que es disponible para ser manipulada.
    • Con material visual:
      • Contá mentalmente las ventanas que hay en tu casa.
      • Ordená según su tamaño los continentes del mundo.
      • Mirá una película y explicá la trama con todos los detalles posibles a alguien que no la vio.
      • Jugá al memotest con tu hijo o nieto.
    • Con material verbal:
      • Decí los meses del año ordenados alfabéticamente.
      • Decí tu número de teléfono de atrás para adelante.
      • Decí los nombres de los planetas de atrás para adelante.
    • Con el lenguaje:
      • Jugá al Scrabble o el Tutifruti.
      • Hacé crucigramas.

3. AGILIZÁ TUS HABILIDADES MATEMÁTICAS

Hacer estos ejercicios te permitirá mantener fresca tu capacidad numérica. Por ejemplo:

  • Hacé las cuentas mentalmente en el supermercado y luego compará los resultados con el ticket de caja.
  • Memorizá los números telefónicos que guardás en la agenda (particular y celular). Podés hacerlo agrupándolos de a pares (15-65-55-44-33) o de a tres (156-555-443-3) o simplemente como si fuera un número corriente, recordando la característica del celular (15-6-555-44-33).
  • Cuando entres en algún lugar lleno de gente tratá de estimar lo más rápidamente posible cuántos están ubicados a tu derecha y cuántos a tu izquierda.
  • Hacé pequeñas sumas y restas con los números que veas a menudo (patentes de vehículos, altura de las calles, edades, etc.).

4. HACÉ ESTOS EJERCICIOS EN TU TIEMPO LIBRE

  • Agrupá: reuní por ítems lo que quieras aprender dividiendo la información en categorías. Por ejemplo, si tenés que comprar muchas cosas en el almacén, primero dividilas en categorías como limpieza, carnes, verdulería, etcétera.
  • Usá todos tus sentidos: si usás el oído, el tacto, el olfato, la vista y el gusto, utilizarás más áreas cerebrales en el aprendizaje y por lo tanto se creará una huella más profunda. Por ejemplo, pensar en una imagen o un aroma de lo que quieras aprender o aprovechar la ocasión de una comida diferente para saborear cada bocado intentando descubrir sus ingredientes (luego verificá tu percepción con el mozo o un amigo).
  • Recordá los nombres propios: para lograrlo podés recurrir a cualquiera de estas dos cnicas:
    • Asociación de caras: asociá el nombre de una persona con otra que se llama igual pero que no vayas a olvidar o con el nombre de personas famosas.
    • Repetición: cuando conozcas a alguien pedile que te repita su nombre. Si es especial, preguntale cómo se escribe o de dónde viene. Después, repasá su nombre mentalmente varias veces y si querés escribilo y anotá algún comentario acerca de la persona.

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