Chequeos médicos periódicos: la clave de la prevención

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Hacerse controles regulares ayuda a seguir disfrutando la vida sin complicaciones. En el Día Mundial de la Salud te contamos cuáles son los estudios de rutina y las cifras que conviene saber


Argumentos para posponer un chequeo de salud nunca faltan: poco tiempo, mucho trabajo, dificultad para dejar a los chicos, turnos en horarios complicados, y sigue la lista… Hay quienes no se molestan en buscar excusas: “¿Al médico? Para qué, si no tengo nada… ¡a ver si me encuentra algo!”.

Sin embargo, a la buena salud hay que ayudarla. Se dice que “el cuerpo avisa”, pero eso no siempre es así. A veces avisa y no sabemos reconocer las señales, y otras veces simplemente no avisa o lo hace cuando ya es tarde.

Lo mejor es dejar de lado las especulaciones y cumplir con los chequeos médicos regulares que permitan anticiparse al desarrollo de enfermedades y, en el caso de que hubiera alguna, tratarla a tiempo.

El control periódico ayuda a seguir disfrutando la vida sin complicaciones de salud.

Un chequeo general completo incluye exámenes, procedimientos y consultas médicas sugeridas por normas nacionales e internacionales de medicina preventiva, de acuerdo al género y la edad del paciente:

  • Consulta médica clínica, oftalmológica, ginecológica y con el urólogo.
  • Exámenes de laboratorio: perfil bioquímico, hemograma, perfil lipídico, HIV, orina completa.
  • Exámenes de imagen: radiografía de tórax, ecografía abdominal y mamografía.
  • Electrocardiograma en reposo o de esfuerzo.

LA CONSULTA MÉDICA

El médico necesita que su paciente le proporcione la información más amplia y clara posible, a fin de decidir qué estudios indicar. Por eso conviene reunir algunos datos antes de la consulta:

Si hay problemas de sobrepeso u obesidad o alguna afección relacionada con la alimentación, llevar un registro con información sobre la alimentación habitual. Puede ser útil hacer un control diario una semana antes de la visita. No es necesario cambiar los hábitos alimentarios, sino anotar todo lo que se come, sin obviar los bocados entre comidas.

Tener presente la historia médica familiar. Hablar con padres, abuelos, tíos y hermanos para averiguar qué problemas de salud sufrieron. Es importante saber que:

  • Los hombres cuyos padres han sufrido cáncer de próstata tienen más riesgo de desarrollarlo.
  • Las mujeres con historia familiar de cáncer de mama tienen aumentadas las posibilidades de padecerlo.
  • Los hijos de personas que han tenido ataques cardíacos alrededor de los 40 años deben controlar los niveles de colesterol en sangre y otros factores que podrían elevar el riesgo, como fumar, tener diabetes o hipertensión.
  • Si hubiera antecedentes de cáncer de colon es importante establecer controles periódicos especiales.

Llevar estudios anteriores y una lista de los medicamentos que se han tomado o se toman.

Además, conviene anotar previamente todas las preguntas y dudas para no olvidar ninguna durante la consulta sin dejar fuera tu estilo de vida: qué actividad física realizás, cómo es tu alimentación y otros hábitos como fumar, beber alcohol, tomar sedantes o pastillas para bajar de peso.

ABC DEL CHEQUEO

Esta evaluación periódica se diseña de modo individual, acorde a tu historia, género y edad entre otros factores.

Los exámenes de rutina permiten detectar la presencia de algún desorden, evitar complicaciones y acelerar la recuperación en caso de enfermedad.

En las 7 cifras de la salud reunimos los resultados más convenientes.

CONVIENE TENER MENOS DE…
1. Circunferencia de cinturaMujer: hasta 80-90 cm
Hombre: 95-100 cm
2. Presión arterial14/9
3. Glucemia100 mg/dl
4. Triglicéridos130 mg/dl
5. Colesterol total200 mg/dl
6. Colesterol LDL (malo)100 mg/dl
CONVIENE TENER MÁS DE…
7. Colesterol HDL (bueno)Mujer: 50 mg/dl
Hombre: 40 mg/dl

Para conocer estas cifras, el chequeo incluye:

Medida de la cintura: si es mayor a la de la tabla, existe obesidad abdominal. La grasa acumulada en esa zona aumenta tu riesgo de diabetes, hipertensión, síndrome metabólico, síndrome de ovario poliquístico e infarto. Frecuencia: cada 6 meses medí el contorno de tu cintura a la altura del ombligo con un centímetro doméstico sin estirar. Si tus medidas son superiores, consultá con tu médico.

Presión arterial: la hipertensión no tratada es un factor de riesgo de ACV, insuficiencia cardíaca y renal e infarto. Frecuencia: tomate la presión al menos una vez al año, excepto que tengas hipertensión o tu médico indique otra frecuencia.

Glucemia: altos niveles de azúcar en sangre pueden dañar diferentes órganos, incluyendo los vasos sanguíneos. Es un factor de riesgo de diabetes y problemas cardio y cerebro vasculares. Frecuencia: cada 3 años si tenés menos de 40. Una vez por año si tenés más de 40, antecedentes familiares de diabetes o prediabetes (valores de glucemia alterada que auguran una diabetes), sobrepeso o llevás una vida sedentaria.

Colesterol y triglicéridos: valores altos de colesterol total, colesterol malo (LDL) y triglicéridos pueden aumentar tu riesgo de enfermedades cardiovasculares, pancreatitis y otras afecciones. Mantenerlos en el rango normal es lo más saludable. A la inversa, el colesterol bueno (HDL) limpia las arterias. Mantenerlo en el rango normal es lo más saludable. Frecuencia: cada 2 años si sos menor de 40 y tus valores de colesterol y triglicéridos son normales. Una vez por año si tenés más de 40, antecedentes de diabetes, hipertensión o diagnóstico de alguna de ellas, o valores de lípidos (grasas en sangre) alterados.

OTRAS EVALUACIONES IMPORTANTES

SALUD SEXUAL

Mujeres: desde la primera relación sexual o a más tardar a los 21 años, consulta ginecológica, examen pélvico de rutina, papanicolaou y colposcopía. Estos estudios permiten detectar anomalías previas al cáncer de útero. Si te piden una ecografía trasvaginal se obtienen imágenes minuciosas del útero y los ovarios. Frecuencia: después del primer examen, 1 vez al año.

Para el cuidado de las mamas: autoexamen mensual, ecografía mamaria (anual a partir de los 30) y mamografía (identifica tumores mamarios en fases iniciales) a los 35 para futuras comparaciones; después de los 40 años, anualmente.

Hombres: a partir de los 50 años deben consultar con urología para controlar la próstata. Frecuencia: anual, a través de un análisis de sangre (PSA o Antígeno Prostático Específico) y del examen clínico (tacto rectal).

SALUD ÓSEA

La densitometría analiza la densidad mineral de los huesos para detectar la osteoporosis. Frecuencia: a partir de los 45-50 años. Luego, según indicación médica.

SALUD CARDIOVASCULAR

Electrocardiograma: detecta enfermedades cardiovasculares. Frecuencia: anual.

Ergometría: en cinta o bicicleta, mide la capacidad de irrigación de las arterias coronarias. Frecuencia: según prescripción.

Nivel de proteína C-reactiva (PCR). Análisis de sangre. Señala el daño en las arterias. Frecuencia: cada 2 años o según indicación médica.

SALUD RESPIRATORIA

RX de tórax: en especial personas que fuman, a veces examen de rutina. Frecuencia: anual.

Espirometría: inhalar y exhalar con fuerza a través de una boquilla descartable. Evalúa la eficiencia en el transporte de oxígeno. Detecta enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), cáncer pulmonar, enfisema y otras afecciones respiratorias. Frecuencia: según indicación médica.

SALUD INTESTINAL

Videocolonoscopía y sangre oculta en materia fecal: detectan lesiones intestinales. Frecuencia: a partir de los 35 años si hay antecedentes de cáncer colorrectal o cuando haya sangrado o cambios en la forma de mover el intestino. En general, a partir de los 50 y luego según indicación médica.

OTRAS CONSULTAS IMPORTANTES

Lunares y piel: permite el diagnóstico precoz de melanoma (cáncer de piel). Autoexamen y consulta con dermatólogo cada 5 años. Si los lunares cambian de color, forma o tamaño, consulta inmediata.

Ecografía abdominal: evalúa hígado, páncreas y riñones (en ambos sexos), y útero y ovarios en la mujer. Frecuencia: según indicación médica.

Oculista: cada 2 años si tenés problemas de visión o más de 40 años sin problemas.

Dentista: anual.

Tanto los síntomas físicos (malestares, dolores, fiebre, cansancio, falta de apetito, sed intensa, entre otros) como psicológicos (cambios en el estado de ánimo, tristeza profunda, confusión, irritabilidad, por ejemplo) requieren consulta médica.

Después de los chequeos, visitar a tu médico y seguir sus indicaciones, aunque parezca una obviedad, es fundamental.