El autocontrol emocional ayuda a superar las limitaciones y mejora nuestro rendimiento en la vida cotidiana. Conozca las pautas más efectivas para conquistarlo
Por la Dra. Edith Barinaga
Piense un instante en cómo reacciona frente a situaciones conflictivas que lo sorprenden, que se convierten en una barrera, que representan un desafío. Algunos se irritan, se enojan, estallan emocionalmente. Otros se paralizan, no encuentran respuesta. Y otros se detienen y reflexionan, inspiran profundo, evalúan posibilidades y eligen la que les parece más adecuada.
Todas estas reacciones representan algún rango dentro del sistema “frío – caliente” de nuestro cerebro:
- Las emociones calientan su mente con señales inmediatas de gratificación (rápido, ya).
- La reflexión lo enfría enviando señales que enlentecen (cuidado, después, informate, pensá).
Disponemos de ambos sistemas en simultáneo, y quienes pueden actuar de esta última forma y detenerse un segundo antes de reaccionar para tomar una decisión han desarrollado la fortaleza del autocontrol: son capaces de regular sus deseos, emociones y conductas con el fin de obtener alguna recompensa posterior.
Intimamente ligada con la conquista de metas a largo plazo, la persona con autocontrol puede mantenerse consciente acerca de aquello que quiere por encima del placer que encierra una reacción inmediata. Como consecuencia, evalúa la situación y adecua su respuesta para que no se interponga con su interés superior.
Llevado al plano de la salud, podría decirse que el autocontrol es una herramienta a la que recurren quienes:
- Evitan los excesos.
- Actúan con flexibilidad para darse los gustos sin caer en la permisividad de hacerlo todo el tiempo y sin límites.
- Regulan su gratificación a corto plazo en pos de su objetivo a largo plazo: vivir más y mejor.
Afortunadamente el autocontrol puede desarrollarse con las claves que compartimos a continuación:
1. Revise su motivación. Cuando existe una razón fuerte para el autocontrol este es más efectivo. Al pensar en sus objetivos evalúe cuidadosamente qué ventajas o beneficios obtendrá a cambio y téngalos bien presentes. Puede hacer carteles y pegarlos a la vista, notas en su agenda, post – it en la pantalla de la computadora o alarmas en su celular. Usted elige.
2. Aplíquelo en la calle. Deje de insultar cuando maneja. Controle el uso innecesario de la bocina, espere la señal verde para avanzar. Si es peatón, no cruce hasta que no esté habilitado para hacerlo.
3. Comprométase con alguien que ama. Si le cuesta mantenerse activo o hacer dieta, inicie un programa con un amigo o familiar y comprométase a hacerlo al pie de la letra “solo una semana”. Una vez terminado el plazo, renueve el compromiso y vaya ampliándolo progresivamente.
4. Refúgiese en el silencio. Frente a una discusión no pronuncie palabra. Simplemente deténgase en la emoción que esté sintiendo, cuente hasta 10 y respire profundo. Esos segundos en que incorpora oxígeno le traerán la calma que necesita para controlar la situación y sus emociones.
5. Organice su entorno. Tener en el escritorio un paquete de galletitas o productos de copetín hará que tarde o temprano sucumba. Identifique los lugares en que lo espera la tentación. Reemplace por una opción más sana y porcionada: frutas frescas, queso magro y yogur descremado en la heladera o secas y deshidratadas en el cajón del escritorio.
