Nuestro estilo de vida puede ser un gran aliado a la hora de evitar esta y otras enfermedades (o todo lo contrario). Te contamos cuáles son los hábitos que conviene revisar para seguir disfrutando de una vida plena y saludable
La mayoría de las personas temen considerablemente al cáncer.
Sin embargo, lo que pocos recuerdan es que el control de los factores de riesgo (en su mayoría relacionados con el estilo de vida) disminuye significativamente el peligro de padecerlo; y que estar atento a estos cambios que pueden presentarse favorece una detección precoz que incrementa considerablemente la posibilidad de recuperarse:
- Cambios en el movimiento intestinal.
- Una llaga que no cicatriza.
- Intensa tos o ronquera.
- Dureza en el pecho u otra parte del cuerpo.
- Anormal pérdida de sangre o flujo.
- Digestiones laboriosas o dificultad para tragar.
- Ostensibles cambios en verrugas o lunares.
- Sensación de cansancio sin razón aparente.
Además, existen muchos exámenes que ayudan a detectar cánceres específicos en forma temprana y pueden ser efectivos para reducir el riesgo de muerte por la enfermedad; entre ellos los exámenes de cáncer colorrectal, pulmón, mama y cervical.
FACTORES DE RIESGO
Según la epidemiología, un factor de riesgo es una característica, condición o comportamiento que aumenta las probabilidades de una persona de tener un problema de salud.
Los factores pueden clasificarse en “modificables” (aquellos que están bajo tu control) y “no modificables” (aquellos en las que no podés intervenir para hacer cambios a tu favor).
Factores de riesgo modificables
→ ALCOHOL. El riesgo de padecer muchos cánceres aumenta cuanto mayor sea el consumo de bebidas alcohólicas; sin embargo, en personas vulnerables incluso la ingesta moderada de alcohol aumenta el riesgo de cáncer. Los cánceres que son más sensibles al alcohol son los de colon, mama, boca, faringe y laringe.
→ SOBREPESO Y OBESIDAD. El exceso de peso está relacionado con un mayor riesgo de desarrollar 12 tipos diferentes de cáncer, incluidos el colorrectal y el pancreático. En general, cuanto más aumente tu peso, en particular si sos una persona adulta, mayor es el riesgo de cáncer.
→ ALIMENTACIÓN Y NUTRICIÓN. El exceso de carne roja, carne procesada y alimentos con sal; y la baja ingesta de fruta y verdura inciden en el riesgo de cáncer, en particular en el colorrectal, el de nasofaringe y el de estómago.
→ ACTIVIDAD FÍSICA. Mantenerse activo no solo ayuda a reducir el exceso de grasa corporal y el riesgo de cáncer asociado, sino que puede minimizar el riesgo de cáncer de colon, de mama y de endometrio.
→ TABAQUISMO. El humo del cigarrillo contiene al menos 80 sustancias diferentes que causan cáncer (carcinógenos). Al inhalar el humo, las sustancias químicas entran en los pulmones, acceden a la corriente sanguínea y recorren el organismo. Por eso, fumar o mascar tabaco no solo causa cáncer de pulmón y de boca, sino que también se asocia a muchos otros cánceres. Cuanto más fume una persona, cuanto antes empiece a fumar y cuanto más tiempo siga fumando, más aumenta el riesgo de cáncer. En la actualidad, el consumo de tabaco causa aproximadamente el 22 % de las muertes por cáncer.
→ RADIACIÓN. Las fuentes de radiación artificiales (rayos X y rayos gamma, entre otras) pueden causar cáncer y suponen un riesgo para los trabajadores. Además, la exposición prolongada y sin protección a la radiación ultravioleta del sol, las lámparas solares y las camas bronceadoras también puede causar melanoma y neoplasias malignas en la piel. Las personas de piel clara, con muchos lunares o con antecedentes familiares de melanoma o de cáncer de piel distinto del melanoma presentan un riesgo más elevado. Sin embargo, el cáncer de piel puede afectar a personas con cualquier tonalidad de piel, incluso a personas de piel oscura.
→ INFECCIÓN. Esto no significa que los cánceres se contagien como una infección, sino que el virus puede provocar cambios en las células que las vuelvan más susceptibles de convertirse en cancerosas. Alrededor del 70 % de los cánceres de cuello de útero se debe a infecciones por el virus del papiloma humano (VPH) mientras que el cáncer de hígado y el linfoma no hodgkiniano pueden ser consecuencia del virus de la hepatitis B y de la hepatitis C, y los linfomas están relacionados con el virus de Epstein-Bar. Antes no se creía que las infecciones bacterianas fuesen un factor causante de cáncer, pero en estudios más recientes se ha demostrado que las personas con infección de estómago por Helicobacter pylori presentan una inflamación del revestimiento del gástrico que aumenta el riesgo de cáncer de estómago.
Factores de riesgo no modificables:
→ EDAD. Cuantos más años viven las personas, mayores son la exposición a los agentes carcinógenos y el tiempo del que se dispone para que se produzcan cambios o mutaciones genéticas en sus células.
→ CARCINÓGENOS (sustancias que producen cáncer). Las mutaciones o las modificaciones del gen que transmite la información de las células pueden alterar el comportamiento de la célula, de manera que aumenten las probabilidades de que se vuelva cancerosa.
→ GENÉTICA. Algunas personas nacen con un riesgo alto de padecer un cáncer concreto que se hereda genéticamente. Esto es una “predisposición”, por lo que no significa que vayan a desarrollar ese cáncer seguro, aunque la genética aumenta las probabilidades. Los cánceres de mama y de colon son los más frecuentes. En estos casos, los estudios preventivos se realizan en forma más temprana en comparación con personas que carecen de antecedentes familiares.
→ SISTEMA INMUNITARIO. Las personas que recibieron trasplantes de órganos y toman medicación para deprimir su sistema inmunitario y detener el rechazo del trasplante, así como las personas con VIH o sida o con otras enfermedades que reducen la inmunidad ante las enfermedades pueden tener un riesgo de cáncer aumentado.
El cáncer es la segunda causa de muerte en el mundo. Sin embargo, se podrían salvar millones de vidas al año con estrategias de prevención haciendo cambios positivos en los factores de riesgo modificables, detección temprana y tratamiento.
Cuando el cáncer es diagnosticado tempranamente, en la mayoría de los casos la combinación de un estilo de vida saludable, quimioterapia, radioterapia y cirugía permiten controlarlo.
Además de revisar tus factores de riesgos modificables y hacer cambios para reducir las probabilidades de enfermar, consultá a tu médico para que te oriente en relación a la vacunación, las pruebas y revisiones que conviene realizar según tu edad e historia clínica.
FUENTE: DÍA MUNDIAL DEL CÁNCER (USA)
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