La mayoría de los chicos no se alimenta bien

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Hay serios déficits, aun en familias de buen nivel económico. Afirman que los chicos comen así porque es más cómodo que cocinarles. Consumen pocos lácteos, frutas y verduras


A nadie sorprendería saber que los chicos que vemos revolver los cestos de desperdicios no comen lo suficiente.

Sin embargo -y contra lo que se supondría- una nutrición adecuada no depende solamente de los bolsillos. Investigaciones del Centro de Estudios en Nutrición Infantil (Cesni) revelan que la gran mayoría de los chicos de sectores medios y altos no realiza una alimentación apropiada: un 23% se alimenta con una dieta pobre, el 74% consume una dieta mejorable y tan sólo un 2% (es decir, 2 de cada 100) realiza una dieta óptima.

La gente del Cesni presentó un trabajo en el XIV Congreso Argentino de Nutrición, sobre una muestra de 180 niños de 3 a 13 años de edad, que concurrían a una colonia de vacaciones de nivel medio alto.
 
“La proporción diaria de alimentos y bebidas azucaradas en la dieta de un niño no debería exceder el 10%, y en la muestra representó el 24% de la energía total -afirmó la licenciada Paula Pueyrredón, nutricionista del Cesni-. Son azúcares y dulces, golosinas, gaseosas, galletitas, jugos, leche chocolatada. Es preocupante que un cuarto de la energía total sea cubierta por estos productos, de alto contenido calórico y bajo contenido nutricional.”


No menos preocupante fue el consumo de grasas. Si bien en cierta proporción son imprescindibles para la vida, existen grasas más saludables (aceites en su forma cruda y líquida y pescados), pero el público menudo tiende a las del tipo chatarra .
 
“Son grasas saturadas, de origen animal, e hidrogenadas, obtenidas en forma artificial, ambas muy dañinas -explica la bioquímica Alicia Rovirosa, que en los laboratorios de Cesni descubrió qué contienen esos tentadores combos que ofrecen las cadenas de comidas rápidas-. Un menú de este tipo contiene entre el 50 y 80% de las grasas que un niño debería comer en un día, y no son saludables. Las papas fritas tienen grasas hidrogenadas. Si un chico come un combo de éstos, casi no debería ingerir más grasas en el día.”

Pero esto no sucede: los chizitos, papas fritas y otros productos de copetín “están compuestos hasta en un 40% de grasa”, agrega Rovirosa.

Las especialistas dijeron que no se trata de prohibir grasas y azúcares, “sino de consumirlos de vez en cuando en lugar de que constituyan la base de la dieta”. Casi el 75% de los encuestados realizaba una dieta mejorable . ¿Qué significa esto? “Por ejemplo, incluir más verduras y frutas -dijo la nutricionista-. Aunque sabemos que esto no es sencillo, especialmente al principio. Cada niño, según su edad, debe consumir una cantidad proporcional: un chico de cuatro años necesita media taza de verduras crudas y cocidas a diario, no más.”

Los almidones -pastas, papas- también piden más pista en la dieta de los chicos. Y las grasas podrían ingresar de otra manera. “A través de carne magra, de pollo y pescado”, dijo la nutricionista, y recalcó que las carnes rojas son las mejores aportadoras de hierro y que por eso son imprescindibles en la dieta.

En este sentido, el calcio es otro de los minerales que no pueden faltar. “Y si embargo es bajo -agregó Pueyrredón-, especialmente entre las adolescentes, que deberían consumir 3 vasos diarios de leche o yogur (siempre descremados) y una porción de queso semiduro, del tamaño de una cajita de fósforos, por día.” 

Una forma de agregar más calcio es incluir alimentos fortificados. Y, a la hora de preparar la mochila, preferir las frutas y las barras de cereal a los alfajores, los trozos o palitos de queso y las semillas a los snacks y los yogures bebibles a las gaseosas.

Optima, mejorable, pobre

Para llegar a sus conclusiones, los expertos del Cesni desarrollaron un Indice de Calidad de la Dieta (ICD), basado en el Healthy Eaten Index, integrado por diez indicadores que, contando calorías y grupos de alimentos por un lado y objetivos nutricionales por otro podían sumar 100 como calificación máxima.

Una mínima proporción estuvo arriba de los 80 (dieta óptima). La mayoría sumó entre 51 y 80, considerada una dieta mejorable. Pero casi un cuarto de los encuestados lograron menos de 51 puntos. Es decir, una dieta pobre.

Aunque pobre no signifique lo mismo que quiere decir para esos chicos que día tras día buscan entre los desperdicios qué comer.