Los abuelos son un pilar fundamental en la estructura de muchas familias y los responsables, en buena medida, de que la conciliación entre trabajo e hijos sea posible. Cuando el cuidado de los nietos no es vivido como una carga, puede reportar beneficios físicos y cognitivos para los adultos mayores
Pasar tiempo con los más pequeños de la familia conlleva una gran responsabilidad, mucha dedicación y grandes dosis de paciencia. Sin embargo, tiene su recompensa más allá de los lazos afectivos y de cuidado, ya que compartir momentos con los nietos puede reportar a los abuelos grandes beneficios no solo a nivel personal sino también físico y cognitivo.
Algunos son:
- Aumento de la autoestima y la sensación de productividad.
- Protagonismo dentro de la familia que da sentido de pertenencia y utilidad.
- Más actividad física y mental. Ir de paseo juntos, llevarlos al parque, retirarlos del colegio, prepararles su comida, compartir juegos, tiempo de ocio en vacaciones y fines de semana o ayudarlos con sus deberes.
- Mejor estado de ánimo.
- Aprendizaje de cosas nuevas. Los abuelos se benefician de nuevas experiencias al lado de sus nietos, en general, muy alejadas de lo que harían habitualmente si no estuviesen en su compañía.
- Contagio de la vitalidad y alegría que los nietos proveen.
- Menos depresión y sensación de soledad.
- Refuerzo de lazos familiares. Pasar más tiempo con los nietos y sostener una relación habitual con los propios hijos ayuda a consolidar la idea de familia y favorece la sensación de sentirse queridos.
Un estudio publicado en la revista Evolution and Human Behavior reveló que los abuelos que cuidan de sus nietos de forma ocasional muestran una esperanza de vida de hasta 5 años mayor que quienes no lo hacen. Otro reveló que las personas mayores que cuidan de sus nietos al menos una vez a la semana tienen menos posibilidades de contraer enfermedades neurodegenerativas como alzhéimer o demencia senil.
¿SON TODOS BENEFICIOS?
Aunque los expertos consideran que las actividades asociadas al cuidado de los nietos provocan todo tipo de efectos positivos en las personas mayores, también insisten en que la dependencia exclusiva por parte de los padres -ligada a factores económicos y la falta de tiempo y recursos para la crianza- puede generar el efecto contrario: problemas de ansiedad, estrés, depresión y detrimento de la condición física.
Al parecer, los beneficios se disipan cuando los mayores se sienten obligados a cumplir con las labores de cuidado como si estas fuesen una rutina o costumbre; situación que les quita tiempo para sus propias actividades.
Una razón puede ser que, a diferencia de década anteriores, los nuevos abuelos transitan la adultez de otra manera. Muchos disfrutan su libertad, su tiempo libre y su dinero. Buscan contactos con sus pares y participan activamente de cursos, talleres, viajes y reuniones de amigos. Desde esta perspectiva, cuidar nietos de manera obligatoria es, para la mayoría, una carga.
La vitalidad, la independencia y las ganas de seguir disfrutando ha llevado a muchos abuelos a animarse a decir “NO” ante el pedido de cuidado cuando este se superpone con alguna actividad personal.
Frente a esta realidad, están aquellos que ponen condiciones, los que lo hacen a pesar de todo sin saber cómo poner límites aún a riesgo de no tener tiempo disponible para sus propias actividades y quienes sostienen que esa ocupación solo es fuente de satisfacciones. Estos últimos suelen organizar su propio tiempo en función de lo que necesitan los nietos y no viven como una carga el cuidado.
Más allá de las diferencias, los gerontólogos sostienen que la entrega del cuidado a los abuelos debe cumplir ciertas normas para no convertirse en una causa de conflictos familiares o de problemas de salud para los mayores.
Definir pautas que velen tanto por las necesidades de los niños como de sus abuelos resulta fundamental para organizar una planificación que resulte eficiente y no sobrecargue a los adultos con el cuidado exclusivo de sus nietos; ellos son para los abuelos una fuente de satisfacción. Para que esto se sostenga no deben tener obligaciones de crianza sino solo el placer de mimarlos.
El hecho de que acepten dar una mano no significa que deban estar disponibles todo el tiempo. Planificar una agenda y dividir las tareas es lo más saludable para toda la familia.