Se contrae a través de carnes mal cocidas, leches o jugos no pasteurizados y frutas o verduras contaminadas. Además, puede transmitirse de persona a persona. Es fundamental el lavado de manos frecuente
El ministerio de Salud de la Nación, a través de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología (ANMAT), recomienda reforzar la higiene personal y la correcta elaboración de los alimentos como forma de evitar las infecciones producidas por la bacteria intestinal Escherichia coli, causante –entre otras enfermedades– del Síndrome Urémico Hemolítico (SUH).
La E. coli provoca alrededor de 500 casos anuales de SUH en nuestro país. Si bien la mayoría de los afectados se contagia por alimentos mal cocidos, agua, jugos o leche no pasteurizados, la Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó que la bacteria puede transmitirse de persona a persona a través de las heces o por la vía oral.
Qué es el SUH
La Escherichia coli es una gran familia de bacterias, la mayoría, inofensivas. Algunos tipos, sin embargo, pueden causar enfermedades, como la que produce una toxina muy peligrosa llamada Shiga.
Esta puede generar una diarrea sanguinolenta que comúmente se cura sola. Pero puede pasar al flujo sanguíneo, depositarse en los riñones y desarrollar insuficiencia renal aguda en niños (Síndrome Urémico Hemolítico o SUH) y trastornos de coagulación en adultos (Púrpura Trombocitopénica Trombótica o PTT).
La complicación de la SUH afecta particularmente a niños, ancianos y aquellos que, por padecer otras enfermedades, tienen su sistema inmunológico deprimido. En algunos casos, puede provocar la muerte.
El SUH presenta síntomas como diarrea, dolores abdominales, vómitos y otros más severos como diarrea sanguinolenta y deficiencias renales. El período de incubación de la enfermedad es de 3 a 9 días.
Se debe consultar al médico ante los primeros síntomas de diarrea. Hasta ahora el SUH no tiene tratamiento específico ni vacuna, por lo tanto los especialistas insisten en que las medidas de prevención son la única herramienta disponible.
Cuidados minuciosos
Los alimentos que pueden estar contaminados con la bacteria son carne picada de vaca y aves sin cocción completa como las hamburguesas, salame, arrollados de carne, leche sin pasteurizar, productos lácteos elaborados a partir de leche sin pasteurizar, agua contaminada, lechuga, repollo y otros vegetales que se consumen crudos.
Los principales recaudos que deben tomarse para disminuir los riesgos de contaminación con la bacteria son cocinar la carne completamente -en especial la carne picada y los productos elaborados con ella- de manera que no queden partes rosadas o rojas en su interior; lavarse las manos con agua y jabón antes y después de ir al baño, antes de manipular alimentos y después de tocar alimentos crudos; lavar bien frutas y verduras y consumir agua segura.
Si tiene dudas sobre la calidad del agua, se recomienda hervirla o agregar dos gotas de lavandina por litro de agua, agitar y dejar reposar 30 minutos antes de ingerirla.
También se aconseja consumir leche pasteurizada y utilizar utensilios diferentes para manipular alimentos crudos y cocidos, de manera de evitar la contaminación cruzada entre alimentos.
Del animal a la comida. La E. Coli, productora de la toxina Shiga, se encuentra frecuentemente en el intestino de animales bovinos sanos y otros animales de granja. Llega a la superficie de las carnes por contaminación con materia fecal durante el proceso de faena o su posterior manipulación. La carne picada es uno de los productos de mayor riesgo ya que durante el picado la bacteria pasa de la superficie de la carne al interior del producto, donde es más difícil que alcance la temperatura necesaria para eliminarse durante la cocción.
El agua, la leche sin pasteurizar y las verduras también pueden contaminarse por contacto con las heces de estos animales (por ejemplo, las verduras regadas con aguas servidas o la leche durante el ordeñe).