Condición que se caracteriza por una disminución en la concentración de hemoglobina. En muchas ocasiones se produce por el consumo insuficiente de hierro o nutrientes que intervienen en la formación de glóbulos rojos.
Existen diferentes tipos de anemia, según el nutriente del cual se carezca. La más común es la anemia ferropénica o por deficiencia de hierro, seguida de las anemias por deficiencia de ácido fólico, vitamina B12 y B6.
Entre los síntomas de anemia se incluyen palidez, fatiga, falta de concentración y memoria. En los niños puede producir problemas de conducta y aprendizaje.
El tratamiento consiste en consumir a diario alimentos ricos en hierro de origen animal (carne roja, hígado y riñón, pollo, pescado) y de origen vegetal (hortalizas de color verde intenso, legumbres), estos últimos junto con alimentos ricos en vitamina C (cítricos, frutilla, kiwi, tomate), para facilitar su asimilación. En algunos casos, el médico indicará un suplemento.
| Chequeo de la ferritina
Para detectar la anemia, los médicos indican un análisis que mide el nivel de hierro que circula en la sangre. Pero, aun con suficiente hierro en circulación, el depósito de hierro podría ser bajo y se pueden tener síntomas como cansancio, agotamiento, depresión, dolores de cabeza y dificultades de concentración. Por eso es importante también incluir, especialmente en la mujer, un chequeo de la ferritina, proteína que almacena hierro antes de que el mineral circule por la corriente sanguínea. |
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