El reengorde es el resultado de decisiones que, paso a paso, te alejaron del objetivo de mantener un peso saludable. Conocer las señales de alerta y las soluciones para revertirlo es la clave para un mantenimiento exitoso
Casi todas las personas que se encuentran haciendo un tratamiento para adelgazar cometen errores. Tanto quienes apenas comienzan su camino como los que ya alcanzaron su peso pueden encontrarse frente a situaciones que los llevan a comer o beber de forma indebida.
Con frecuencia lo que comienza siendo un simple «recreo» o «desliz» se transforma en un «tropezón»: un mal período.
Si el tropezón se prolonga y se van cambiando actitudes hacia el tratamiento, se puede llegar a una «recaída» que, en su máxima expresión, lleva al reengorde y al abandono del tratamiento.
Afortunadamente no siempre es así ya que todo depende de cómo se reaccione frente a un desliz:
-Algunos lo toman como experiencia y aprenden de ella para no volver a caer.
-Otros se cargan de culpa y sentimientos negativos, lo que disminuye su autoestima y los encamina hacia el camino peligroso.
Según la dirección que tomes, encontrarás la vuelta de regreso al tratamiento o te dirigirás al abandono.
Lo que se mantiene invariable es una realidad: la recuperación de los kilos perdidos no sucede de un día para el otro.
Esto hace que sea posible poner en marcha diversas herramientas para reencauzar tu tratamiento y volver a poner en primera línea tu objetivo de alcanzar un peso saludable.
LAS CLAVES
La prevención del reengorde consiste en:
- Armar estrategias de autocontrol para fortalecer el cambio de conductas y actitudes.
- Desaprender antiguos hábitos y practicar gradualmente los nuevos haciendo repeticiones y siendo perseverante.
- Estar alerta para identificar las señales de posibles tropezones que te lleven a un aumento de peso.
Como las señales no siempre son evidentes, compartimos algunas para que mantengas la guardia en alto y las acompañamos de soluciones para retomar el plan.




Otras señales, son:
-No aceptar ayuda.
-Convertir transgresiones en hábitos.
-Ceder ante falsas expectativas.
-Tener falta de motivación y de alegría.
-Sentir ansiedad, impaciencia.
-No conseguir las metas propuestas.
-No ser honesto con uno mismo.
-Justificar los errores con los problemas cotidianos.
Frente a las desviaciones del plan, además de consultar con el grupo o el profesional en forma presencial o virtual, es efectivo revisar la Brújula de las Evidencias:
- realizar un detallado registro de comidas,
- replantear los objetivos de alimentación y actividad física,
- usar aplicaciones móviles para pedir ayuda y mantenerse activo,
- usar el espejo y las fotos,
- combinar la curva de peso y la balanza.
Lo importante es recordar que el reengorde no es una fatalidad inevitable. Suele ser la consecuencia de cambios a veces imperceptibles que te van alejando progresivamente de los hábitos saludables.
El tema es durante cuánto tiempo estás dispuesto a ignorar que la curva de peso y la balanza te marcan que vas para arriba… Es decir: en qué momento decidís frenar el reengorde.
¿Lo frenás a los 2 kilos, a los 5? ¿O lo frenás cuando ya recuperaste 15 o 20 kilos de los perdidos?
Si estás en esta situación y pensás “mejor primero bajo y después voy al tratamiento”, es como si dijeras “primero aprendo a tocar la guitarra y después voy al profesor”. Como en cualquier aprendizaje, el pedido de ayuda va primero.
Recordá que el reengorde es parte de este proceso.
Quien adelgaza una determinada cantidad de kilos abre varios caminos.
- Seguir adelgazando es posible, depende de cuánto se bajó. Es el que la gente prefiere.
- Volver a engordar es el más temido y muchas veces transitado.
- Mantener lo logrado es preferible, pero es el menos entendido y aceptado.
En este camino, si se hacen los cambios necesarios, los logros pueden durar toda la vida. Pero si se baja la guardia, es muy posible que tengas un tropezón o una recaída. Esta idea es uno de los pilares sobre los cuales debés construir tus expectativas si sos una PCE (Persona Con Exceso de peso).
La PCE que adelgaza siempre debe mantener la guardia en alto. La tendencia al peso máximo está «marcada» en tu cerebro y es lo que los mecanismos químicos te piden… pero uno puede decir «NO».
VER TAMBIÉN:
- La brújula de las evidencias: la mejor herramienta para alcanzar un peso saludable
- La curva de peso: el complemento indispensable de la balanza
- Cómo, cuándo y dónde pesarse: aprendé a utilizar la balanza
- El doctor Cormillot explica todo sobre el IMC. Calculá aquí el tuyo
- Peso «decidido» versus peso «biológico»






