Para enfrentar la inflación que se traslada a los precios en alimentos reunimos un grupo de recomendaciones que pueden ayudar a atenuar el impacto en tu bolsillo y no perder calidad nutritiva en tu mesa
Elegir bien los lugares de compra
Antes de hacer compras importantes conviene averiguar precios en supermercados, mayoristas, Mercado Central, ferias barriales y frigoríficos.
Comparar precios de un mismo producto en los distintos establecimientos
Pueden tener una diferencia de hasta un 30 % según el sitio elegido. Ante la duda comparar los precios con los que se ofrecen en Mercado Libre. Si tomamos los diez productos que más consumimos y hacemos un promedio nos daremos cuenta de qué lugar ofrece los mejores precios.
Prestar atención al valor por litro o por kilo
A veces los envases familiares (packs de gaseosas, bidones de desodorantes para pisos y jabón para lavar la ropa, por ejemplo) están más caros que la suma de los envases más pequeños. Para evitarlo siempre conviene hacer la cuenta del gasto que representaría llevar varias unidades de un contenido menor.
Averiguar en la web los descuentos por supermercados y tarjeta según el día y los bancos
Algunas cadenas de supermercado tienen descuento sobre el total de la compra determinados días de la semana y ciertos bancos tienen días de descuentos especiales (reintegros bancarios) con tarjetas de crédito y débito en distintos supermercados. En algunos casos estos descuentos tienen un máximo de devolución mientras que en otros abarca el total de la factura.
Despejar el precio final
Cuando ofrezcan un descuento de 70 u 80 % en la segunda unidad es necesario dividir el beneficio por dos para saber cuál es el descuento real y compararlo con el precio de lista del producto. Lamentablemente algunas ofertas son engañosas y los precios unitarios aumentan antes de ese descuento que parece una gran oportunidad.
Hacer compras familiares o entre amigos
En lugares como el Mercado Central de Buenos Aires, el costo por kilo de frutas compradas por cajón (solo por dar un ejemplo) es ostensiblemente más bajo que en la frutería del barrio. Lo mismo sucede con la compra del queso por horma cerrada o el maple de huevos que tiene 30 unidades. Además, los packs en mayoristas siempre tienen un precio por unidad más bajo que en tiendas y supermercados y las compras de cereales y legumbres a granel (venta al peso) son más económicas que en envases pequeños.
Usar más el freezer
Preparar platos por anticipado separando las porciones de lo que se come en la semana es una excelente manera de ahorrar tiempo y dinero. Además, habrá menos desperdicios de alimentos y ahorrarás en gas y luz.
Evitar los congelados y envasados
Elegir siempre verduras y frutas de estación. Además se pertenecer a la oferta menos costosa tiene notables ventajas nutricionales.