Además de la alimentación y el movimiento, nuestros hábitos de sueño afectan en forma directa sobre el peso corporal. Te contamos por qué
Los adultos sanos que se acuestan tarde y tienen una restricción crónica del sueño pueden ser más propensos a ganar peso.
¿Cuáles son las causas de esta situación? En primer lugar, el aumento en el consumo de calorías durante las horas nocturnas. Sin embargo, esta relación directamente proporcional y visible (a más horas despierto, más calorías ingeridas y más riesgo de aumento de peso) no es la única.
Además del incremento en la ingesta calórica total, durante la vigilia adicional (es decir, las horas en las que estás despierto cuando deberías estar durmiendo) la proporción de calorías consumidas provenientes de alimentos ricos en grasas y azúcares es mayor que en otros momentos del día.
Como si todo esto fuera poco, la privación del sueño:
- Reduce la secreción de insulina. Esta hormona regula los niveles de azúcar en sangre. Al circular en menos cantidad, aumenta el nivel de glucosa en sangre, por lo que además de favorecer la obesidad abdominal, aumenta el riesgo de diabetes.
- Aumenta los niveles de cortisol. Esta hormona está relacionada con el estrés.
- Aumenta los niveles de grelina. Esta sustancia incrementa la sensación de hambre.
- Disminuye la leptina. Esta hormona reduce el apetito y actúa positivamente sobre el gasto metabólico.
- Enlentece la tasa metabólica haciendo que se tenga una menor capacidad para quemar grasas.
Estas alteraciones van acompañadas con un aumento de:
- Sensación de hambre.
- Estrés.
- Sensación de agotamiento.
- Menor concentración, disminución del aprendizaje.
- Empeoramiento en la capacidad para tomar decisiones.
A las modificaciones hormonales y metabólicas se le suman consecuencias físicas y psicológicas que dificultan la elección de conductas saludables respecto de la alimentación y el movimiento, retroalimentando un círculo vicioso que aumenta todavía más el riesgo de sobrepeso y obesidad.
Entonces… ¿dormir mucho adelgaza? Claro que no. Sin embargo, los cambios que realicen las personas que duermen pocas horas pueden tener un efecto beneficioso sobre su peso corporal al combatir las consecuencias negativas de la privación del sueño, lo que auspicia mejores herramientas para cuidar la alimentación durante el día y mantener un estilo de vida activo.
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