Conocé la importancia de un buen desayuno

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Razones para convertirlo en un hábito diario y tips nutritivos para armar opciones prácticas y energizantes


El rmino ‘desayuno’ proviene del latín ‘dis-iunare’ que significa “romper el ayuno”, marcando la primera función de una de las principales comidas del día.

Otras razones por las que desayunar a diario es un hábito saludable incluyen…

  • Poner en marcha el metabolismo. Mientras dormimos a la noche, nuestro metabolismo trabaja más lentamente y se reactiva con esta primera comida.
  • Alimentar el cerebro y los músculos. Estos recuperan las reservas de glucosa -azúcares-, su principal fuente de energía. Como consecuencia…
    • Mejoran la memoria y la concentración optimizando el rendimiento laboral y escolar. Además, impacta positivamente en el estado de ánimo.
    • Aumenta la sensación de vitalidad y se disfruta de una mejor performance física, con más fuerza y energía.
  • Promover la salud. Reduce el riesgo de enfermedades coronarias y permite un mejor control del peso porque:
    • Ayuda a llegar al almuerzo con menos hambre.
    • Favorece una mejor elección de los alimentos durante el resto del día.
    • Evita el picoteo mañanero.

«YO NO DESAYUNO»

A pesar de todos sus beneficios, muchas personas no tienen el hábito de desayunar, costumbre que transmiten a sus hijos que tanto lo necesitan en la etapa de crecimiento.

Si es tu caso, tené en cuenta la conclusión a la que llegó un grupo de investigadores del University College de Londres: hacen falta 66 días para incorporar un hábito y mantenerlo durante años. Es decir: si durante ese tiempo repetís una conducta a diario en la misma situación (desayunar en este caso), se convertirá en una reacción automática que no requerirá voluntad, intención ni esfuerzo para ser realizada. Además, afirmaron que saltearse el hábito a incorporar un solo día no interrumpe el proceso de fijación; en ese caso, basta con seguir adelante en la oportunidad siguiente.

Si no desayunás todos los días o cada tanto lo salteás, compartimos algunas opciones prácticas y soluciones para las excusas más frecuentes.

EXCUSAS Y SOLUCIONES

1. No tenés hambre al levantarte. Comenzá con algo tan pequeño que sea imposible no hacer: ¼ de galletita o de barrita de cereal, 1 sorbo de yogur bebible o ¼ de vaso de jugo natural de naranja o de leche, 1 dadito de queso magro. La idea es comenzar con el hábito para que se vaya instalando de a poco.

2. Te falta tiempo. Levantate 5 minutos antes o dejá preparadas las cosas la noche anterior. Podés mezclar rápidamente cereales integrales con leche descremada o yogur bebible, frutas frescas o deshidratadas.

3. Creés que desayunar engorda. Saltear la primera comida del día favorece la ingesta de alternativas más engordantes en las horas siguientes, a media mañana y al mediodía. Esto suele suceder también a los niños que se van de casa con el estómago vacío y luego compran en el quiosco golosinas o snacks. Si elegís lácteos descremados, frutas o cereales sin azúcar, pan o galletitas integrales, queso blanco descremado y mermelada light no corrés el riesgo de aumentar de peso.

Tips nutritivos

ALTERNATIVAS PARA TODOS LOS GUSTOS

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