Si tu hijo tiene problemas de peso corporal, es tan importante cuidar la calidad de su alimentación y procurar que se mantenga activo como cultivar una actitud positiva respecto de su tratamiento
Un niño con problemas de peso se enfrenta con serias consecuencias físicas, emocionales y sociales. Esto es tan real como que ellos, y sus familias, manejan esta situación de maneras diferentes.
Están aquellos que convierten al sobrepeso del hijo en un tema central de la vida familiar. Otros, en cambio, pretenden que no existe.
Sin embargo, hay dos verdades básicas que pueden ser aplicadas a cualquier familia:
1. Los padres influyen constantemente en la relación de sus hijos con la comida, la actividad física y con ellos mismos.
2. El control de peso es un verdadero problema familiar que requiere una solución familiar.
Como consecuencia, puedes ayudar a su hijo a controlar su peso siendo un ejemplo positivo con sus actitudes, sus hábitos de alimentación y llevando un estilo de vida activo. Es por eso que el tratamiento del niño con problemas de peso corporal debe ser familiar.
¿Por qué? Porque cuando la familia participa, el niño con sobrepeso ya no es señalado por el resto, sino que puede aprender y poner en práctica nuevos comportamientos con ejemplos positivos de las personas más importantes en su vida. Y, además, cuando todos los miembros de la familia se unen para hacer actividades positivas, no sólo ayudan al niño con sobrepeso: también se convierten en una familia más sana y unida.
Ésta es la base fundamental sobre la que se deben poner en marcha todas las herramientas necesarias para ayudar a tu hijo en el control de su peso, pero fundamentalmente para ayudarlo a encontrar la solución, siguiendo todos juntos, un estilo de vida saludable.
Porque sabemos que es posible, y que tu colaboración hará la diferencia, te mostramos algunas estrategias relacionadas con la actitud para encarar el tratamiento, un aspecto fundamental, que muchas veces es poco considerado.
ESTRATEGIAS PARA EL ÉXITO
- Ayudalo a manejar sus emociones. Es importante pensar con tu hijo cuáles son las expectativas o motivos que tiene para adelgazar. Por ejemplo: verse mejor, estar más ágil, usar la ropa que le gusta, evitar las burlas, sentirse más contento. También puede conversar con él acerca de los sentimientos que le despierta su cuerpo: felicidad, tristeza, miedo, enojo, inseguridad, lentitud, incomodidad. Los chicos pasan por momentos difíciles que pueden hacerlos sentir tristes, enojados, ansiosos. En ese caso es posible que recurran a las galletitas o a las golosinas como una vía de escape, aunque no sientan hambre. Por eso es tan importante recordarles que comer no los hará sentir mejor ni más contentos.
- Realizá comentarios POSITIVOS:
- –Expresale tu confianza (“sé que puede ser difícil bajar de peso, pero siento que podés lograrlo”).
- -Felicitalo cuando se empiecen a notar los cambios positivos.
- -Cuontale que otros chicos han conseguido cambios con éxito al cuidar su alimentación y su movimiento. Eso lo motivará.
- Evita comentarios que ENTORPECEN
- -No lo compares con otros chicos delgados de su edad.
- -Evitá ridiculizarlo frente a parientes o amigos por su gordura o por la forma en que come o se mueve.
- -Si un hermano se burla de su peso o forma de comer, es importante explicarle que el apoyo y la comprensión de la familia son indispensables.
- Tené cuidado con la exigencia
- -Sé tolerante. El niño debe aprender un nuevo estilo de vida.
- -No le exijas resultados, valorá su esfuerzo por lograrlos.
- -Mostrale su confianza. Tu apoyo es indispensable.
- Decile NO a la PERMISIVIDAD: es la actitud que suelen tomar abuelos, tíos y algunos padres. Es el famoso “que coma este poquito, total qué le va a hacer”, o comprarle cosas fuera del plan nutricional. La mejor manera de evitar esta situación es explicar al resto de la familia con decisión y firmeza la necesidad de que el niño siga un programa, que no se trata de un castigo sino de un beneficio para la salud.
Algunas ideas para ayudarlo a sentirse mejor:
- Animarlo a pedir ayuda: estimularlo a hablar de sus necesidades con los papás, un amigo, u otro familiar, para buscar la mejor forma de solucionarlo sin recurrir a la comida.
- Ponerse en movimiento juntos: caminar, andar en bicicleta, nadar.
- Relajarse un rato: escuchar música, bailar, hacer ejercicios de respiración y relajación.
- Ayudarlo a pensar cosas agradables sobre su persona: “todo saldrá bien, vos podés, sos muy bueno para…”.
Ver también: Cómo puede ayudar a su familia a tener un peso saludable, Cuarentena: una oportunidad para recuperar el hábito de comer en familia y 11 beneficios de comer en familia.