Qué alimentos se deben lavar siempre y cuáles no hay que lavar nunca

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Lavar es el primer paso para reducir el riesgo de intoxicaciones alimentarias. Desde las manos hasta la mesada de la cocina, es importante cumplir con el lavado apropiadamente para detener la propagación de gérmenes. Te contamos todo lo que debés saber para cumplir adecuadamente este paso


Cuando se trata de comida las reglas de lavado no son tan claras: mientras algunos alimentos siempre deben ser lavados; otros conviene mantenerlos lejos del agua. Para saber cuáles sí y cuáles no, seguí estas recomendaciones.

LAVAR SIEMPRE

Frutas y verduras con cáscaras comestibles: lavá todas las frutas y hortalizas, independientemente de que sean orgánicas o de cultivo tradicional.

  • Hacelo con agua fresca de la canilla inmediatamente antes de comer los alimentos o de usarlos en una receta.
  • Evitá cualquier sustancia jabonosa porque las superficies porosas de los alimentos pueden absorber los ingredientes químicos.
  • Secá con un paño limpio o papel de rollo para reducir aún más las bacterias dañinas que pueden estar presentes en la superficie de los productos frescos.

Frutas y verduras con cáscaras no comestibles: bananas, palta, pomelos, limones, limas y calabazas.

Lavá todos los alimentos con cáscara no comestible porque la suciedad y las bacterias pueden transferirse desde la cáscara al interior de los alimentos cuando se los corta o pela.

Además de los alimentos, conviene lavar las tapas de latas y tarros antes de abrirlas. De este modo las
partículas dañinas no ingresarán al contenido de los envases.

NO LAVAR NUNCA

Pollo crudo o cualquier otra carne cruda: lavar el pollo crudo no lo limpia. De hecho, enjuagar el pollo crudo puede propagar bacterias dañinas como la salmonella o campylobacter hacia las superficies de la cocina, lo que potencialmente podría ser muy peligroso. La única forma de eliminar esos patógenos es cuidar su adecuada refrigeración y cocinar las carnes por completo.

Pescado: lavar el pescado crudo aumenta la posibilidad de contaminación cruzada con otros alimentos, utensilios y superficies. Al igual que con el pollo, es importante cuidar su refrigeración y cocinarlo por completo.

Huevos: lavarlos antes de almacenarlos podría facilitar la entrada de microorganismos ya que la cáscara es porosa y posee una fina película protectora que se quita con el lavado.

Sin embargo, si son huevos de granja y tienen alguna mancha es aconsejable hacerlo inmediatamente antes de usarlos. Para ello conviene usar agua con detergente sobre la cáscara, enjuagar bien la superficie y secarla cuidadosamente con papel de cocina de un solo uso.

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