Dengue en Argentina: todo lo que tenés que saber sobre la enfermedad del mosquito

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En medio de un elevado incremento de casos compartimos las claves de prevención e información sobre los síntomas para consultar al médico


El Ministerio de Salud de la Nación informó que hasta la semana epidemiológica 11 de 2023 (del 12 al 18 de marzo) se notificaron en el país 9.388 casos de dengue, de los cuales 8.504 adquirieron la infección en Argentina.

Hasta ese momento, la circulación del virus fue identificada en 13 jurisdicciones: Buenos Aires (3 localidades), Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Catamarca (2 localidades), Chaco (2 localidades), Corrientes (2 localidades), Córdoba (1 localidad), Entre Ríos (1 localidad), Formosa (2 localidades), Jujuy (3 localidades), Salta (9 localidades), Santa Fe (16 localidades), Santiago del Estero (6 localidades) y Tucumán (15 localidades).

En cuanto a fiebre chikunguña, se registran hasta el momento 528 casos de los cuales 166 adquirieron la infección en Argentina, 129 se encuentran en investigación y 233 adquirieron la infección fuera del país.

Hasta el momento, la circulación de este virus fue confirmada en 5 jurisdicciones: Buenos Aires (4 localidades), Ciudad de Buenos Aires, Corrientes (1 localidad), Córdoba (1 localidad) y Formosa (3 localidades).

En las últimas cuatro semanas fueron confirmados 8001 casos de dengue, con un promedio de 2000 casos semanales. 

Frente al incremento de casos, es importante aclarar que las bajas temperaturas NO TERMINAN CON EL MOSQUITO, vector de esta enfermedad.

Si bien cuando hace frío los mosquitos adultos reducen su actividad, si se encuentran en una casa conservan la temperatura de su interior.

A temperaturas bajo cero los ejemplares adultos se mueren, pero los huevos son capaces de sobrevivir durante el invierno. Esto hace indispensable llevar a cabo todos los cuidados para reducir la reproducción del insecto durante todo el año.

QUÉ ES EL DENGUE

El dengue es una infección viral trasmitida principalmente por la picadura del mosquito hembra de la especie Aedes Aegypti y en menor medida por la especie A. Albopictus.

Además del dengue, estos insectos son responsables de la transmisión del virus de zika, fiebre chikunguña y fiebre amarilla.

No se transmite de persona a persona y provoca una enfermedad de tipo gripal que afecta a bebés, niños pequeños y adultos.

EL MOSQUITO HOGAREÑO

El Aedes Aegypti tiene distintas etapas de desarrollo (huevo, larva, pupa y mosquito adulto) que pueden transcurrir dentro de espacios cerrados por dos razones fundamentales:

1. Sus depredadores naturales (otros insectos, murciélagos, pequeños peces) son escasos o no existen.

2. Solo necesitan agua quieta y un poco de sombra para dejar sus huevos y reproducirse.

Vive en hábitats urbanos y se reproduce principalmente en recipientes artificiales. Es decir: esta variedad de mosquito no se cría en piletas, ríos, lagos ni espejos de agua con movimiento o mucho sol sino en cualquier recipiente con una mínima cantidad de agua y un poco de sombra: platos bajo las macetas, floreros y plantas en frascos. Por eso se los conoce como “mosquitos hogareños”, siendo muy habituales en viviendas, oficinas, escuelas y hospitales.

A diferencia de otros mosquitos, el Aedes Aegypti se alimenta durante el día y los periodos en que se intensifican las picaduras son el principio de la mañana y el atardecer, antes de que oscurezca.

En cada periodo de alimentación, el mosquito hembra pica a muchas personas. Los huevos de Aedes pueden permanecer secos en sus lugares de cría durante más de un año y eclosionar al entrar en contacto con el agua.

SÍNTOMAS

Las personas infectadas con o sin síntomas son portadoras y multiplicadoras principales del virus. Tras la aparición de las primeras señales, las personas infectadas pueden transmitir la infección a los mosquitos Aedes durante 4 o 5 días hasta 12 días como máximo.

Se debe sospechar que una persona padece dengue clásico cuando una fiebre elevada (40° C) se acompaña de dos de los síntomas siguientes: dolor de cabeza muy intenso, dolor detrás de los globos oculares, dolores musculares y articulares, náuseas, vómitos o sarpullido.

Los síntomas se presentan al cabo de un periodo de incubación de 4 a 10 días después de la picadura de un mosquito infectado y por lo común duran entre 2 y 7 días.

Algunas veces el dengue clásico se convierte en dengue grave (antes conocido como dengue hemorrágico).

En la actualidad afecta a la mayor parte de los países de Asia y América Latina y se ha convertido en una de las causas principales de hospitalización y muerte en niños y adultos de dichas regiones.

El causante del dengue es un virus de la familia Flaviviridae que tiene cuatro serotipos distintos, estrechamente emparentados: DEN-1, DEN-2, DEN-3 y DEN-4.

Cuando una persona infectada se recupera de la infección adquiere inmunidad de por vida contra el serotipo en particular. Sin embargo, la inmunidad cruzada a los otros serotipos es parcial y temporal. Por eso, las infecciones posteriores (secundarias) causadas por otros serotipos aumentan el riesgo de padecer el dengue grave.

El dengue grave es una complicación potencialmente mortal porque favorece el desarrollo de:

  • Escape de sangre u otro líquido desde un vaso sanguíneo o un tubo hacia el tejido que lo rodea.
  • Acumulación de líquidos.
  • Dificultad respiratoria.
  • Hemorragias graves.
  • Falla multiorgánica: alteraciones en la función de dos o más órganos.

Los signos que advierten esta complicación se presentan entre 4 y 5 días después de los primeros síntomas y se acompañan de un descenso de la temperatura corporal (menos de 38° C) junto con dolor abdominal intenso, vómitos persistentes, respiración acelerada, hemorragias de las encías, fatiga, inquietud y presencia de sangre en el vómito.

Las siguientes 24 a 48 horas representan una etapa crítica. Es indispensable recibir atención médica para evitar otras complicaciones y disminuir el riesgo de muerte.

TRATAMIENTO

No hay un tratamiento específico para el dengue.

En caso de dengue grave, la asistencia médica puede salvar vidas y reducir las tasas de mortalidad de más del 20% a menos del 1%.

PREVENCIÓN

El único método para controlar o prevenir la transmisión del virus del dengue consiste en luchar contra los mosquitos vectores.

VER TAMBIÉN → Sin mosquito no hay dengue. Decálogo para combatir la plaga.