Elegir bien los alimentos que consumimos alarga la vida

5739

Un estudio llevado a cabo en Estados Unidos luego de diez años de seguimiento de 350 mil hombres y mujeres comprobó que las personas que hicieron caso de las recomendaciones alimentarias de los Institutos Nacionales de Salud norteamericanos redujeron en forma significativa el riesgo de muerte: un 25 por ciento las mujeres y 20 los varones


Es sabido que determinadas formas sanas de alimentarse promueven que una población tenga una expectativa de vida superior a la de otros grupos humanos, como en el caso de la denominada dieta mediterránea o la dieta japonesa.

Conocer esto puede ser un aliciente para aquel que quiere modificar su estado y luchar contra la obesidad. Pero también puede convertirse en una barrera para quienes lo ven como algo muy lejano y, al no poder modificar su estilo de vida por razones económicas, culturales o de tiempo, se consideran condenados a no poder modificar lo que les hace mal.

Lo cierto es que para tirar por tierra este prejuicio basta con prestarle atención a los resultados de la investigación que llevó a cabo hace una década la doctora Ashima Kant, en Estados Unidos, un país donde la mitad de la población adulta sufre de una o más enfermedades crónicas evitables (trastornos cardiovasculares, hipertensión, diabetes tipo 2, entre otras), relacionadas con unos patrones de dieta muy deficientes y con una escasa actividad física.

En ese estudio se comprobó que aquellos que siguieron los consejos alimentarios de los organismos nacionales especializados en nutrición mejoraron notablemente su expectativa de vida respecto de quienes no lo hicieron.

“Si una persona se alimenta bien y en forma saludable tiene mayores posibilidades de vivir más años que otra que no cumple con este requisito. Esta afirmación puede parecer trillada. Sin embargo, contamos con evidencia científica que la confirma. De acuerdo con nuestros hallazgos, cuando un hombre o una mujer llevan una dieta equilibrada, compuesta por alimentos sanos que cubren todas las necesidades nutricionales, presentan una disminución del riesgo de muerte de entre 20 y 25 por ciento”, aseguró la directora de la investigación, la doctora Ashima Kant, del equipo de nutrición del Queens College de la Universidad de Nueva York,  en una declaración publicada en The Journal of Nutrition.

Comer saludablemente, sinónimo de vivir más

 Para la investigación, Kant y su equipo se basaron en la información de más de 350 mil mujeres y varones, contenida en los Institutos Nacionales de Salud, y entrecruzaron los datos con otra variable: el desarrollo de enfermedades a lo largo de diez años de seguimiento.

Los participantes fueron divididos en cinco grupos según cuánta atención prestaran -a la hora de elegir los alimentos- a los consejos y pautas establecidas en las Guías de la Alimentación para Americanos que son publicadas cada cinco años.

“Para las mujeres que integraban el grupo que más seguía las indicaciones, encontramos que el riesgo de fallecimiento era 25 por ciento menor, en los hombres un 20 por ciento. Si bien no podemos explicar las razones de esta diferencia, sí podemos decir que lo positivo de la investigación es que a diferencia de otras anteriores que tal vez se enfocaban en los beneficios de un grupo de alimentos -e incluso de uno solo-, en esta ocasión elegimos evaluar los beneficios de diversos grupos de alimentos como frutas, vegetales, alimentos bajos en grasas y sal, los granos, pescado, carnes magras y los lácteos, entre otros”, agregó la doctora Kant.

“Igualmente, no se trata de ingerir en forma compulsiva algún grupo de alimentos, como pueden ser las frutas. De hecho, las personas que lo hicieron así no alcanzaron los niveles óptimos. Lo fundamental es el equilibrio”, consignó.

Razones posibles

Si bien la forma en la cual la dieta afecta a cada persona es única y particular, el equipo de Kant formuló diversas hipótesis acerca de las razones por las cuales una buena alimentación puede ser el pasaporte a una vida larga y saludable.

Entre los principales motivos establecieron que “alimentarse bien contribuye a evitar el almacenamiento de grasa en las arterias, situación que ayuda a prevenir las obstrucciones y, por ende, el peligro de sufrir afecciones cardiovasculares. Asimismo, y por citar sólo algunos puntos positivos, ingiriendo todo tipo de alimentos hay mayores posibilidades de prevenir el sobrepeso y la obesidad, frenando de esta forma el desarrollo de enfermedades asociadas como la diabetes. Hacer actividad física resulta también sumamente positivo”, concluyó Kant.

Ver también: https://drcormillot.com.ar/viva-mas-y-mejor-eligiendo-los-6-colores-esenciales-en-frutas-y-verduras/ y https://drcormillot.com.ar/superalimentos-que-cuidan-su-salud/.