De qué se tratan estas afecciones en las que nuestro sistema inmunológico es el principal protagonista
Estela tiene gripe. Tose sin taparse. Las gotitas que salen de su boca llevan influenza, el virus de la enfermedad, e ingresan por las fosas nasales de Adriana que está a su lado. Como Adriana ya había tenido gripe antes, de inmediato se enciende la alerta de su sistema inmunitario, listo para proteger al cuerpo de estos y otros antígenos: bacterias, hongos, virus, toxinas y otras sustancias perjudiciales para la salud.
Para hacerlo, sus defensas producen anticuerpos para neutralizar y destruir las sustancias dañinas que detecta.
Esto se debe a que en el sistema inmunológico de Adriana funcionan adecuadamente las 3 R:
- Reconocer: en este ejemplo al virus de la influenza.
- Responder: eliminar la amenaza usando anticuerpos específicos.
- Recordar: a los invasores, por eso Adriana esta vez no enfermó de gripe.
Sin embargo, en las personas que tienen un trastorno autoinmunitario, el propio sistema de defensas es incapaz de diferenciar entre tejido sano y antígenos potencialmente nocivos y destruye los tejidos normales. Su principal falla se encuentra, entonces, en la primera R: RECONOCER.
CAUSAS
Pese al veloz avance de la ciencia en el área de la salud, las enfermedades autoinmunes mantienen numerosos misterios por develar, por lo que se las define como de origen desconocido.
Una teoría sostiene que son el resultado de una “confusión” del sistema de defensas provocada por algunos microorganismos o fármacos. Lo que sí se sabe es que la autoinmunidad puede ocasionar:
- Destrucción de tejido corporal.
- Crecimiento anormal de un órgano.
- Cambios en su funcionamiento eficiente.
También está claro que un trastorno autoinmunitario puede afectar a uno o más órganos o tipos de tejidos y que las zonas más comunes incluyen:
- Vasos sanguíneos.
- Tejidos conectivos.
- Glándulas tiroideas, suprarrenales, páncreas.
- Articulaciones.
- Músculos.
- Glóbulos rojos.
- Piel.
En consecuencia, una persona puede tener más de un trastorno autoinmunitario al mismo tiempo.
SÍNTOMAS
Varían de acuerdo al tipo y localización de la respuesta defectuosa. Los más frecuentes son:
- Fatiga.
- Fiebre.
- Malestar general.
- Dolor articular.
- Erupción cutánea.
Estas y otras señales pueden aparecer y desaparecer. Cuando empeoran se denomina “reagudización”.
DIAGNÓSTICO
Después de un examen físico se realizan exámenes básicos que incluyen laboratorio de sangre, prueba de anticuerpos y análisis de orina.
Otros estudios de laboratorio o rutinas de complejidad variable complementan la evaluación para llegar a un diagnóstico certero ya que la mayoría de estas enfermedades presenta síntomas comunes a otras pudiendo generar diagnósticos falsos.
TRATAMIENTOS
La mayoría de las enfermedades autoinmunes son crónicas, es decir: la persona debe convivir con ellas toda su vida. Por eso, los objetivos del tratamiento incluyen:
- Reducir los síntomas.
- Controlar el proceso autoinmunitario.
- Mantener la capacidad del cuerpo para combatir enfermedades.
Para conseguirlo se suele recurrir a:
- Suplementos para reponer alguna sustancia que al cuerpo le está faltando (hormona tiroidea, insulina o vitamina B12).
- Transfusiones sanguíneas cuando la sangre está afectada.
- Fisioterapia para preservar el movimiento cuando se encuentran afectados los huesos, las articulaciones o los músculos.
También es habitual el uso de medicamentos para reducir la respuesta anormal del sistema inmunitario (inmunodepresores) tales como los corticosteroides y los fármacos no esteroides.
PRONÓSTICO
Existen más de 80 tipos de trastornos autoinmunes.
Como en cualquier otra afección crónica, los trastornos autoinmunes requieren de la asociación entre el paciente y su médico. Algunas afecciones como el asma y la celiaquía por ejemplo, pueden controlarse exitosamente. En otras, como la esclerosis, el objetivo es aliviar los síntomas y evitar más daños al organismo.
TRASTORNOS AUTOINMUNES MÁS COMUNES
ASMA. Enfermedad inflamatoria crónica de las vías respiratorias que las vuelve más sensibles frente a la presencia de alergenos (ácaros, hongos y polen, caspa de animales e incluso humo de cigarrillo) dificultando el paso de aire hacia los pulmones y al resto del cuerpo.
Síntomas: dificultad para respirar, falta de aliento, silbidos, opresión en el pecho y tos.
CELIAQUIA. El sistema de defensa reconoce como «extraño» al gluten, conjunto de proteínas presentes en el trigo, la avena, la cebada y el centeno (TACC) y productos derivados de estos cuatro cereales. En consecuencia, produce anticuerpos o «defensas» que lesionan el intestino alterando la absorción de los alimentos.
Síntomas: dependen de la edad. En niños: diarrea crónica, vómitos, distensión abdominal, pérdida de peso, escasa estatura, cabello y piel secos, entre otros.
ESCLEROSIS MÚLTIPLE. El sistema de defensas daña la vaina de mielina, sustancia que cubre las neuronas, haciendo que estas pierdan su capacidad de transmisión.
Síntomas: pérdida de equilibrio, adormecimiento, cosquilleo, espasmos, parálisis, incontinencia, alteraciones en la vista, pérdida de la memoria y problemas sexuales, entre otras señales.
FIBROMIALGIA Y FATIGA CRÓNICA. Enfermedades crónicas y multisistémicas (quien padece una está más propenso a sufrir la otra) que afectan de manera progresiva los sistemas de defensas, neurológico y endócrino. aunque son diferentes, pueden presentar síntomas comunes.
Síntomas: trastornos del sueño, dolor de cabeza y articulaciones, cansancio, depresión, lentitud mental.
LUPUS. El sistema de defensas daña varios órganos, especialmente la piel y las articulaciones, la sangre y los riñones.
Síntomas: Dolor e hinchazón de las articulaciones, fiebre alta, fatiga, dolor en el pecho, sensibilidad a la luz, erupción en forma de mariposa en mejillas y nariz, cambio de color en los dedos a causa del frío.
OTRAS AUTOINMUNES
- ENFERMEDAD DE GRAVES. Hace que la glándula tiroides produzca un exceso de hormona (hipertiroidismo).
- TIROIDITIS DE HASHIMOTO. Hace que la glándula tiroides produzca escasa hormona (hipotiroidismo).
- ENFERMEDAD DE ADDISON. Hace que la glándula suprarrenal produzca insuficientes hormonas.
- ARTRITIS. Ataca los propios tejidos y articulaciones.
- MIASTENIA. Genera anticuerpos que obstruyen y cambian algunas de las señales nerviosas a sus músculos.
- ANEMIA PERNICIOSA. Disminución en los glóbulos rojos que ocurre cuando los intestinos no pueden absorber apropiadamente la vitamina B12.
- DERMATOMIOSITIS. Afecta los músculos (miositis), la piel y los vasos sanguíneos.
El diagnóstico precoz, el tratamiento adecuado y la sociedad entre paciente y médico representan una tríada que permite mantener una buena calidad de vida en la mayoría de los casos.
Más información: Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos